No hay duda que uno puede encontrar lo que quiera en el mercado. Existen numerosos ejemplos de transacciones que podrían parecer innecesarias.
El caso reciente de la liquidación de MF Global nos demuestra ávidamente esto. Existen todavía transacciones relacionadas a esta compañía a pesar de estar en bancarrota.
La forma en la que funciona la operación es mediante un comprador dispuesto a adquirir los derechos de reclamos de un cliente dueño de las acciones de la empresa.
Se hace una oferta de comprar estos derechos a un valor menor de la cantidad de reclamo permitido que tiene el cliente legalmente. El cliente aceptará vender su derecho de reclamación a un valor más bajo del que tiene estipulado si cree que la empresa no le pagará la cantidad de dinero total que le debe y que esta cantidad será menor de la oferta que recibió.
Por decir, una persona (física o moral) ofrece comprar los derechos de deuda a un 92 por ciento del valor real de reclamación. El dueño de los derechos de reclamo aceptará el trato si cree que la empresa le pagará menos que este porcentaje
Incertidumbre, la clave
Los dos factores que determinan estas operaciones son la ganancia esperada y la aversión al riesgo.
El primer elemento se basa en la especulación sobre la capacidad de pago de la empresa para medir lo que uno cree que le puedan pagar por derechos de reclamación.
El segundo depende de qué tanto los individuos sean capaces de soportar el riesgo de un buen o mal pago de reclamación.
En casos como el de MF Global existe mucha incertidumbre debido a la falta de información que tiene la empresa.
Poder calcular un valor preciso de lo que se obtendrá como pago es difícil.
Ante esto hay mayor incertidumbre y el dueño de las acciones sentirá más riesgo en su futuro pago.
Gracias a esto se hacen posibles estas transacciones donde las compañías que compran los derechos de reclamación absorben el riesgo ante las posibles ganancias o pérdidas.
La particularidad de este tipo de transacciones es que no se buscan ingresos por riqueza generada de un proyecto.
Es decir, no se está apostando por los rendimientos que una determinada empresa con éxito pueda traer.
Se hace una oferta de comprar estos derechos a un valor menor de la cantidad de reclamo permitido que tiene el cliente legalmente.