El comercio se ha convertido en un muro invisible entre México y Estados Unidos. Previo a su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump prometió que no daría tregua a su socio al otro lado de la frontera sur y mucho menos al tratarse de la balanza entre exportaciones e importaciones.
Las disputas que anteriormente se negociaban entre los gobiernos en el campo de batalla con un bajo perfil, hoy se encuentran ante la mirada internacional.
El cañonazo más reciente de la administración del presidente Trump tiene que ver con la reanudación de una investigación antidumping a los tomates (jitomates) mexicanos y su intención de retirarse del Acuerdo de Suspensión de Tomate con México, en vigor desde 2013, el cual ha sido criticado por los estadounidenses.
Todo comenzó hace unos días cuando los cultivadores de tomate de Florida y un grupo de legisladores encabezados por el senador republicano Marco Rubio y Ted Yoho, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, acusaron a México de efectuar prácticas comerciales desleales al argumentar que el acuerdo logrado hace casi seis años no estaba funcionando como debiera.
El tomate es el tercer producto de exportación en el sector agrícola de México hacia el mercado estadounidense, de acuerdo con datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Las exportaciones mexicanas de tomate al territorio del Tío Sam alcanzaron mil 842 millones de dólares en 2017, cifra 12.5 por ciento mayor que en 2013, año en que se firmó el actual acuerdo de suspensión.
Jose Ignacio Moreno, director general de Grupo Agros, explica que Estados Unidos pretende imponer una cuota compensatoria de aproximadamente 17 por ciento al tomate mexicano, medida que obligaría a los productores nacionales a incrementar su precio al consumidor estadounidense.
Sin embargo, advierte que esta alza puede funcionar como mecanismo de defensa sólo si los jugadores del sector están dispuestos a consumidores estadounidenses”, manifiesta Moreno.
El tomate es sólo la punta del iceberg en el largo historial de disputas entre México y Estados Unidos. En la lista destacan otros productos que en su momento pusieron en riesgo décadas de cooperación comercial: acero, atún, azúcar y maíz.
¿México debilitado?
Especialistas coinciden en que las conversaciones que realicen los productores o cualquier representante del sector comercial en Estados Unidos, con el fin de negociar las condiciones actuales de exportaciones como el tomate u otros productos, podrían encontrarse con un sector productivo mexicano debilitado a causa de los recientes conflictos internos.
En caso de no llegar a un acuerdo, la terminación surtirá efecto en 90 días a partir del 6 de febrero de 2019.
“El Gobierno de México ha apoyado de manera decidida el actual acuerdo, dedicando recursos para preparar informes periódicos al Departamento de Comercio de los Estados Unidos sobre su correcta implementación”, informa la Secretaría de Economía (SE) en un posicionamiento oficial enviado a Reporte Índigo.
En 1996 y en 2012 los productores de tomate estadounidenses de Florida, agrupados en la Florida Tomato Exchange, acusaron a los productores y exportadores mexicanos de comerciar con tomate a precios inferiores, una práctica conocida como dumping, calificada como ilegal, ya que daña el mercado en donde se lleva a cabo.
Esto derivó en el inicio de una investigación que tuvo tres suspensiones, la última en 2013, con lo que se acordó no frenar el comercio.
Pero los productores de Estados Unidos siguen sin estar de acuerdo con los precios, con los que el tomate mexicano conquista a los estadounidenses, y recordaron que este 8 de mayo se vencerá el Acuerdo de Suspensión de investigación por dumping.
Sin embargo, Arlene RamírezUresti, internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca, considera que la posibilidad de una nueva suspensión esta vez es más complicada para los productores mexicanos y en general para los negociantes que representen a este sector en Washington, debido a la desestabilidad creada por la política exterior del presidente republicano y por los cambios políticos que vive el país.
“La situación política en Estados Unidos influye, pero México también atraviesa por un momento de coyuntura que ha sido bastante complicado, sobre todo, para la iniciativa privada”.
Escudo antiTrump
Los embates del presidente Donald Trump respecto al tomate mexicano pueden tener una luz en el horizonte. Carlos Alberto Bautista, académico de la carrera de Negocios de la Universidad La Salle, asegura que algunos integrantes del gobierno de México pueden viajar a Estados Unidos a contratar los servicios de un despacho especializado para que defienda a los productores, el problema es que esto podría resultar muy costoso.
“Si los representantes de la administración actual no negocian y defienden la permanencia de este producto en Estados Unidos habrá muchos problemas porque el tomate no sólo atrae una importante cantidad de divisas, también genera empleos en ambos países”, expone el especialista en comercio internacional.
Históricamente, los productores de tomate de Florida han competido directamente con los mexicanos en el invierno, ya que es la época del año en que los consumidores solicitan más este producto.
Durante la administración de Barack Obama los participantes estadounidenses presionaron a la Oficina Oval para que se concluyera el acuerdo con México utilizando el argumento de que no se les protegía de la venta de vegetales mexicanos por debajo de los costos de producción en suelo estadounidense.
El aguacate en la mira
Las presiones generadas por la presidencia de Donald Trump están reanimando conflictos comerciales y generando discrepancias políticas y comerciales que tienen como objetivo obtener los fondos para financiar el muro fronterizo.
En el mediano plazo, la suma de todos estos factores puede provocar que el aguacate se coloque en una posición vulnerable en el campo de batalla por la importancia que tiene en el consumo de los estadounidenses.
“Este fruto podría ver se afectado y escalar a un conflicto como ocurrió con el atún. Este problema fue bastante severo por cuestiones de normatividad en la preservación de los ecosistemas, incluso los atuneros mexicanos recibieron una sanción”, expone Arlene Ramírez-Uresti.
Las exportaciones de aguacate a Estados Unidos superaron las 120 mil toneladas en las tres primeras semanas de febrero de 2019, cifra que marcó un récord al aumentar 20 por ciento respecto al mismo mes de 2018.
Las presiones de la Casa Blanca no son los únicos problemas por los que el gobierno mexicano debe preocuparse. El bloqueo de las líneas ferroviarias en Michoacán realizado durante casi un mes provocó un retraso en el flujo de materias primas de exportación que van hacia Estados Unidos.
En este sentido, Carlos Alberto Bautista advierte del riesgo por las posibles secuelas que esto provocaría al comercio del país.
“Puede ser que no sólo los productos agrícolas se vean afectados, también las manufacturas, en consecuencia, es posible que México esté bajo la lupa de los inversionistas internacionales y socios clave”.