De un pico de más de 100 dólares en junio de este año, los precios del petróleo alrededor del mundo han caído casi 45 por ciento, incluso cotizando por debajo de los 60 dólares por barril por primera vez desde el 2009. Y para los gobiernos de Norteamérica, éstas son malas noticias.
Para México, la situación es negativa no sólo porque el petróleo representa casi una tercera parte de los ingresos en el presupuesto del Gobierno Federal, sino además porque para el 2015 las autoridades fijaron en sus cálculos un precio promedio de 79 dólares por barril para la mezcla mexicana de crudo.
La tendencia negativa en los precios no apoya los estimados oficiales, pero la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no ha levantado la alarma ya que contrató coberturas (un tipo de seguro) para enfrentarse a los caprichos del mercado.
Estas coberturas, adquiridas a un costo de 10 mil 467 millones de pesos, aseguran 228 millones de barriles a un precio de 76.4 dólares por barril, y se ven complementadas por el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir la diferencia entre el precio asegurado y los 79 dólares por barril contemplados en el presupuesto.
Pero aunque entre las coberturas y el FEIP se prevé que se mitiguen los efectos del colapso petrolero, algunos analistas afirman que esto no será suficiente y que será necesario incrementar el déficit fiscal para poder cumplir con las obligaciones del presupuesto.
Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) muestra que con los precios actuales y la estrategia de la SHCP sólo se recaudarían el 37 por ciento de los ingresos petroleros contemplados en el presupuesto para el 2015.
Burbuja de la Fed
La caída petrolera también ha presentado problemas para Estados Unidos, arriesgando la solvencia de las empresas energéticas que han contraído alrededor de 550 mil millones de dólares en deuda desde inicios del 2010.
A causa de la caída en los precios la dudas se han levantado, y se estima que las caídas en incumplimiento de pagos para las empresas energéticas que han emitido bonos basura (es decir, de grado especulativo) se doblarán el próximo año.
Esto ha tenido como resultado una caída en el precio de estos bonos, y en consecuencia un aumento significativo en sus rendimientos, que se encuentran en sus niveles más altos en más de cinco años.
Bloomberg reporta que los rendimientos de 5.7 por ciento en junio han pasado a ser de 9.5 por ciento en diciembre.
Más allá de estrategias imprudentes en estas empresas, los expertos han apuntado que las políticas de estímulo de la Reserva Federal (Fed), el banco central de los Estados Unidos, han contribuido a crear esta burbuja en las finanzas energéticas.
Gracias al mantenimiento de tasas de interés de corto y mediano plazo cerca del cero por ciento por parte de la Fed, los inversionistas se han visto incentivados a buscar mejores rendimientos en mercados riesgosos, como el de los bonos basura.
Y aunque los daños han sido limitados hasta el momento, autoridades como Jeremy Stein, exgobernador de la Fed, señalan que mientras más se mantengan las tasas de interés artificialmente cerca del cero por ciento, mayor será el riesgo de otras burbujas financieras.