No son familia pero viven bajo el mismo techo y asumen los gastos de una vivienda en conjunto. La tendencia de adquirir o rentar una casa o departamento entre dos o más personas sin ningún lazo legal o familiar es cada vez más común para la generación millennial que por sus características económicas y laborales encuentran complicado hacerse de un espacio propio.
La dinámica laboral de los habitantes del país que tienen entre 40 y 25 años, el aumento de las tasas de interés en el crédito hipotecario y el encarecimiento del mercado inmobiliario han levantado grandes barreras para que esta generación pueda adquirir o incluso rentar un hogar digno.
“Se está robusteciendo el esquema de vida Coliving, que es el de los famosos roomies, en donde se buscan opciones para cohabitar con más personas que empaten con sus necesidades de vivienda, justamente por el tema de la flexibilidad económica, por el tema de la situación empresarial en donde muchas organizaciones hicieron recortes de personal y eso orilló a que hubiera una caída en el empleo bastante importante”, detalla Daniel Narvaez, CEO de la agencia inmobiliaria 3\10.
No se trata de una moda o el gusto por compartir espacio con otras personas, sino de un método que esta u otras generaciones más jóvenes han encontrado para poder contar con un espacio propio. De hecho, el 30.4 por ciento de los nacidos entre 1981 y 1997 quieren comprar una casa o un departamento, de acuerdo con una encuesta elaborada por Adulting, una plataforma de asesoría financiera para jóvenes creada en 2018.
Sin embargo, esta misma encuesta advierte de la baja tendencia al ahorro entre las personas de este rango de edad y es que 23.5 por ciento no ahorra ningún porcentaje de su ingresos y 23 por ciento ahorra menos del 10 por ciento, 19.8 por ciento de los millennials ahorra 20 por ciento de sus ingresos, 18 por ciento de ellos ahorran 10 por ciento de lo que ganan y 13.4 por ciento ahorran 30 por ciento.
La plataforma señala que la razón más común por la que los millennials no ahorran en 47.5 por ciento de los casos es porque carecen de educación financiera y 35 por ciento por el costo tan elevado de los productos y servicios.
Condiciones adversas
Pero más que los hábitos de ahorro, las condiciones macroeconómicas que se presentan en el país actualmente podrían estar actuando como la más grande barrera a saltar para los aspirantes a rentar una casa o departamento.
“La parte económica es el mayor reto que tiene la población en general para el acceso a la vivienda, por ejemplo, la inflación ha encarecido todos los bienes y servicios, específicamente en la parte de bienes raíces se ha calculado un alto encarecimiento en los materiales de construcción, que impacta directamente al costo de la vivienda”, explica Narvaez.
El costo de los materiales de construcción aumentó en casi 30 por ciento de manera acumulada a dos años de la pandemia por COVID-19 con especial énfasis en el costo del cemento que incrementó hasta 20.24 por ciento, de acuerdo con el documento el Estado Actual de la Vivienda en México, elaborado por el Centro de investigación y Documentación de la Casa.
Presentamos el Estado Actual de la Vivienda en México EAVM 2021, publicación anual que ofrece un panorama amplio y claro de las políticas públicas, nuevos programas y tendencias en el sector vivienda.
Descárgalo en https://t.co/X0lfnSLv3J pic.twitter.com/IOH1WWXsFq
— Sociedad Hipotecaria Federal (@SHFoficial) September 21, 2022
Ese documento también detalla el costo promedio de una vivienda a nivel nacional que era de un millón 372 mil pesos hasta el 2021. En entidades como la Ciudad de México el costo se elevaba hasta los dos millones 956 mil pesos, en Querétaro hasta un millón 876 mil y en Morelos el costo promedio ascendió a un millón 857 mil pesos, por mencionar los estados con precios más elevados.
“Si tomamos en cuenta el promedio de ingresos de los trabajadores de esa edad y consideramos que deben de destinar para el pago de una hipoteca hasta el 30 por ciento de sus ingresos mensuales esto resultaría en una cantidad muy baja. Por ejemplo, una vivienda que cuesta dos millones de pesos normalmente los créditos hipotecarios se van a 20 años y aproximadamente se estaría pagando nueve mil pesos mensuales. Si el ingreso promedio de los trabajadoras es de 10 mil o 12 mil pesos resulta un panorama complicado”, resalta el especialista.
Para el tercer trimestre del 2022 el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de seis mil 367.66 pesos al mes, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La #PobrezaLaboral es el porcentaje de población con un ingreso laboral💰inferior al valor monetario de la canasta alimentaria. 🍲
Revisa los #DatosCONEVAL al tercer trimestre de 2022.👇🏽
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— CONEVAL (@coneval) January 19, 2023
El especialista en mercado inmobiliario agrega una característica más en la vida de los millennials que torna complicado la adquisición de una vivienda propia que está enfocado en aspectos más psicosociales y es que con los impactos de la pandemia esta y otras generaciones más jóvenes buscan tener un esquema laboral mucho más flexible con trabajos remotos y con movilidad laboral muy amplia.