Carrera por las inversiones

Mientras que la industria petrolera se aprieta el cinturón, países como Irán, Brasil y México compiten para ser el mejor destino de la inversión de las grandes firmas extranjeras. La implementación de la reforma energética ha enfrentado resistencias desde el día de su promulgación.  El cambio estructural que impresionó a inversionistas globales y a medios internacionales ha perdido inercia.

Contrario a lo que se esperaba, los obstáculos para la implementación óptima de la reforma vienen desde afuera. Las proyecciones de inversión contemplaban un escenario con precios de petróleo de alrededor de 100 dólares por barril y, a pesar de que el valor del crudo se ha mantenido estable recientemente, el barril de referencia global cotiza apenas arriba de los 57 dólares

Esta coyuntura obligó a las grandes firmas energéticas globales a recortar sus proyectos de inversión.  La consultora Cowen and Company pronostica una caída en inversión de capital en la industria de hasta 35 por ciento para un escenario con precios petroleros de 60 dólares.

IRÁN

La nueva gran apertura petrolera

La reserva más grande del mundo de gas y la cuarta reserva más grande de petróleo del planeta están a punto de abrirse a la inversión extranjera. Irán es el nuevo fenómeno de apertura petrolera que está captando la atención de las grandes firmas energéticas.

De acuerdo al diario The Guardian, diplomáticos cercanos a negociaciones entre Irán y las potencias mundiales aseguraron que el país de Medio Oriente está cerca de llegar a un acuerdo para que le levanten una serie de sanciones económicas a cambio de que limite su programa nuclear.

El diario Financial Times reporta que Irán espera la llegada de 100 mil millones de dólares en inversión petrolera en caso de que las negociaciones sean exitosas.

El país de Medio Oriente, que ha mantenido pláticas con altos funcionarios de firmas como Royal Dutch Shell, y Eni espera doblar su producción a cinco millones de barriles diarios para final de la década.

Los proyectos disponibles en Irán incluirán desde los costosos yacimientos de gas hasta la explotación menos costosa de aguas someras y superficiales.

BRASIL

60,000 millones de barriles

Al otro lado del mundo, Brasil está a punto de pasar una ley que le permita a firmas privadas y extranjeras explotar los yacimientos fuera de costa más grande del país, conocidos como campos de Presal.

Actualmente, Petrobras, la firma energética estatal, es la única empresa que tiene permitido explotar esos campos, lo que ha significado una pesada carga financiera para una compañía cuyos pasivos alcanzan la exorbitante cantidad de 160 mil millones de dólares.

El diario Financial Times reporta que la ley apunta a mejorar el desempeño financiero de Petrobras y a estimular grandes flujos de inversión hacia una de las “regiones de explotación más prometedoras del mundo”. Descubiertos en el 2007, se cree que estos yacimientos podrían contener un equivalente a 60 millones de barriles de crudo.

El desarrollo de los campos de Presal se ha mantenido estancado durante un largo tiempo, sin embargo, Royal Dutch, Shell ha anunciado públicamente su interés por operar estos yacimientos en caso de que la ley sea aprobada.

MÉXICO

Recorte a la reforma

La Secretaría de Energía de México ya inició el recorte de la licitación de proyectos en la Ronda Uno. Según el plan quinquenal de la dependencia, de los 169 bloques que se esperaban abrir originalmente  a la inversión privada, únicamente se dará acceso a 145 bloques.

La cotización actual del precio del petróleo vuelve poco atractivo el desarrollo de yacimientos poco convencionales, como el gas shale, cuyo costo es más alto que el desarrollo de proyectos de petróleo tradicionales.

Con la aparición de nuevas opciones para las grandes firmas energéticas, el interés de la reforma energética continúa difuminándose. A una semana y media de que se realice la primera licitación petrolera en el país, Noble Energy, PTT Exploration, Ecopetrol y Glencore abandonaron el concurso, de acuerdo al diario Reforma.

Antes de anunciar el recorte en la licitación, la Secretaría de Energía esperaba una inversión anual de 8.5 mil millones de dólares entre 2015 y 2018.