Calculan las transas mundiales

Los sobornos en el mundo pueden estar entre los 1.5 y dos billones de dólares anuales, aseguró en Lima, Perú, el presidente del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales, el chileno Daniel Kaufmann.

Esta cadena de corrupción afecta tanto a los países en desarrollo como a las economías más avanzadas del planeta, en donde el impacto puede estar en 2.0 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Los sobornos en el mundo pueden estar entre los 1.5 y dos billones de dólares anuales, aseguró en Lima, Perú, el presidente del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales, el chileno Daniel Kaufmann.

Esta cadena de corrupción afecta tanto a los países en desarrollo como a las economías más avanzadas del planeta, en donde el impacto puede estar en 2.0 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

Las cifras fueron reveladas por el investigador en el seminario del Fondo Monetario Internacional sobre Integridad de los individuos en la gestión del sector público, moderado por el consejero jurídico general y director del Departamento Jurídico del Fondo Monetario Internacional (FMI), Sean Hagan.

“La estimación de los sobornos en el mundo está entre 1.5 y dos billones de dólares anuales. Estamos hablando de mucho, pero mucho dinero”, subrayó.

Planteó que el daño de la corrupción a las economías es real, porque impacta negativamente la subinversiones y “sobre todo al ser humano, al talento que la corrupción aleja de la actividad productiva”.

Impacto en clase media

Para el investigador, la corrupción tiene un impacto del 300 por ciento del dividendo del desarrollo relacionado con el desempeño económico.

En la opinión del especialista chileno, aquellos gobiernos que desarrollan estrategias para reducir la corrupción pueden esperar un impacto positivo entre 3.0 y 4.0 de su Producto Interno Bruto, y se beneficia a sectores sociales, como la educación.

Mencionó que la “parte fea de la corrupción” es que se convierte en un verdadero impuesto a la pobreza, a la clase media, porque está demostrado que “la corrupción afecta los ingresos y aumenta los niveles de desigualdad (…) es un gran impuesto a la clase media y baja”.

(Notimex).

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