15.25
Los mercados financieros recibieron el año nuevo con el pie izquierdo. La aversión al riesgo, el desplome del precio del petróleo y los problemas en la Unión Europea continúan afectando el desempeño de los principales índices bursátiles del mundo.
El Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró ayer una caída del 2.41 por ciento, su peor desempeño en las últimas tres semanas. Si a esto se le agregan las pérdidas del viernes pasado, la BMV suma una caída del 4.83 por ciento en sus primeros dos días de operación del 2015.
De manera similar, el Dow Jones y el S&P 500, los principales índices bursátiles de Estados Unidos, tuvieron su peor caída en un sólo día de los últimos tres meses con 1.86 y 1.83 por ciento a la baja de manera respectiva.
El principal tema de preocupación entre los inversionistas es el precio del barril de petróleo. Después de haber perdido más del 50 por ciento de su valor el año pasado, el oro negro sigue cayendo.
La mezcla de petróleo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) rompió ayer la barrera de los 50 dólares y el Brent llegó a los 53.11 dólares. Ambas cantidades representan el peor valor de las mezclas en más de cinco años. Por su parte, la mezcla mexicana se ubicó en los 41.52 dólares el barril.
Problemas griegos
Además de las complicaciones energéticas, los mercados tienen el ojo puesto en los conflictos políticos de Europa.
El Gobierno de Grecia está obligado a realizar elecciones generales este mes después de que su parlamento no consiguió elegir a un presidente a finales de diciembre. El partido político con más posibilidades de llegar al poder en una nueva elección es Syriza, grupo que abiertamente ha declarado su rechazo a las medidas de austeridad económica impuestas por las autoridades del viejo continente.
Aunque sus líderes niegan tener interés en salirse de la unión europea, las medidas anunciadas por Syriza implican un rompimiento tan grande con las políticas continentales que podría significar la exclusión de Grecia de la comunidad.
Este tipo de tensiones mantiene a los inversionistas tensos ya que prevén una crisis similar a la que sucedió en el 2008 si los griegos abandonan la Unión Europea.
