En la época prehispánica, el cacao era considerado una de las principales riquezas de la cultura mexicana, representaba “oro molido” y su valor trascendía al de un alimento.
Hoy en día, México ni siquiera figura en la lista de los principales productores. Mientras unos hablan de la necesidad de más apoyos, otros argumentan que el potencial mexicano en el sector es solo una leyenda.
El primer problema para convertir al país en una potencia productora recae en la diferenciación de un producto que a primera vista parece homogéneo. Existen tres variedades de calidad en el cacao: Criollo, Forastero y Trinitario.
Alejandro Peñazola Garza, director de la Asociación de Fabricantes de Chocolates (Aschoco), advierte que para competir se debe hacer produciendo calidad, es decir, produciendo Criollo, considerado como la variedad “príncipe”, pues se destina a chocolatería fina.
Pero como todo lo bueno, este tipo de grano es difícil de obtener por ser delicado y frágil ante enfermedades e insectos. Por ello, el 80 por ciento de la producción total mundial es Forastero, un tipo más resistente, pero de menor calidad, que se utiliza para el chocolate corriente.
Además, aun y con el uso de injertos, el cacao es terco y puede dar el grano que éste quiera.
Otra barrera es la falta de infraestructura adecuada y que los árboles mexicanos son viejos y propensos a ser atacados por plagas y ardillas que se comen el producto.
Tal es el caso en algunas zonas de Tabasco estado que acumula la mayoría de la producción y donde existen aproximadamente 40 mil hectáreas de cacao de granos diversos.
El acceso a mercados también es un problema, pues los intermediarios que comercializan el producto, los famosos “coyotes”, muchas veces tienen mayor poder de negociación, obligando a los productores a aceptar un pago muy bajo por su producto.
Las organizaciones de campesinos argumentan que si el productor tuviera la oportunidad de vender directamente en los mercados, sus ganancias aumentarían y con ello, la inversión en el sector.
Sin embargo, no solo se trata de arrojar dinero al problema. La coordinación para llevar a cabo este tipo de inversiones es un problema importante.
Por ejemplo, para remediar el problema de la plaga en la industria del cacao, también se tiene que hacer en las localidades aledañas, pues una productora particular de cacao no tiene el incentivo para invertir en remediar la plaga que sus vecinos le podrían contagiar.
Por ello, argumentan los productores, se necesita un apoyo gubernamental generalizado a toda la región.
Otra área de oportunidad, sin lugar a dudas, es la exportación. El consumo de cacao mexicano prácticamente se lleva a cabo dentro del mismo país, por lo que desarrollar la capacidad exportadora podría generar mayor rentabilidad en la industria.
Para competir con productores como Ghana, el principal exportador de cacao, se necesita hacerlo en términos de calidad, como propone el director de la Asociación de Fabricantes de Chocolates.
Peñazola argumenta que difícilmente México se podría comer el mercado internacional compitiendo en precios.
Tanto Celia García como Carlos Sandoval Miranda, especialistas en evaluación rural de la Asociación Anauatlali Pro Derechos de la Propiedad Rural, aseguran en un informe de este año, que el 5 por ciento del grano que se comercializa pertenece al criollo, mientras que el 95 por ciento a los de menor calidad.
La estrategia evidente sería desarrollar el tipo de mayor calidad de cacao, el Criollo. Aquí la industria se topa con otro problema de coordinación.
Si las haciendas productoras de cacao enfocan su producción al tipo de mejor calidad de este producto, al mismo tiempo, la industria de México podrá atraer inversionistas extranjeros. El problema es que las productoras tendrían que invertir al mismo tiempo, y si no hay certidumbre sobre sus ventas, difícilmente lo harían.
Los productores argumentan que con un empujón estatal, México sería una potencia en el mundo del cacao.
Sin embargo, esta visión romántica sobre el potencial de la industria mexicana de cacao no es generalizada. Hay quienes opinan que no se tienen las condiciones geográficas necesarias para poder fortalecer la industria.
Argumentan que para ello se necesitarían replicar las condiciones existentes en los países productores más exitosos, cosa que en algunos casos parecen estar muy alejados de la realidad.
Según expertos, la extensión de la zona que se debería delimitar para campos productores de cacao es difícil de replicar en México.
Economía de escala
A diferencia de Ghana o Costa de Marfil, países donde grandes empresas transnacionales se coordinaron para invertir en una región común, en México, esas economías de escala parecen difíciles de lograr.
Quizá por estas razones es que son pocos los países que se pueden dar el lujo de ser productores de cacao. Prueba de esto es que en el mundo, tan solo cinco países producen el 79 por ciento del consumo mundial de cacao.
Sin duda, la industria del cacao representa un símbolo para el mexicano, pero no por eso deberían invertirse cuantiosos fondos por parte del gobierno. Antes de pensar en una coordinación para mejorar la infraestructura de la región, se debe tener la precaución de que la industria pueda ser sostenible.
¿Será capaz de resurgir la leyenda del cacao para convertirse en una industria exitosa?
¿Un chocolatito?
— El cacao fue presentado a los españoles a principios del siglo XVI, cuando Cristóbal Colón y su tripulación recibieron como presente semillas de cacao.
— En el México prehispánico, el Cacao se usaba como moneda de intercambio.
— Cuatro productores de África producen dos tercios del cacao mundial: Costa de Marfil, Ghana, Nigeria y Camerún.
— En la temporada 2009-2010, el cacao fue uno de los bienes con mayor caída en precio a nivel global.
— Según la Organización Internacional del Cacao, la demanda por este grano no ha logrado alcanzar niveles anteriores a la crisis financiera del 2008.
— El cacao funciona como base para alimentos además del chocolate, tales como la pasta de mole y el téjate.
— En algunos países el cacao puede ser cosechado en cualquier estación del año.
— Existen tres tipos de Cacao: Criollo, Forastero y Trinitario. El primero es considerado como la variedad “príncipe”.
— La zona Europea es la de mayor consumo de Cacao en el mundo, con un 37% del total de las compras.