La “fiesta de descuentos espectaculares” que promete la décima edición del Buen Fin no se detiene ante la advertencia del aumento de casos de contagio por COVID-19 en diferentes regiones del país durante las últimas semanas.
El pasado 27 de octubre la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (CONCANACO-Servytur) descartó la suspensión del Buen Fin aunque llamó a los dueños de negocios a ser responsables con el cumplimiento de protocolos sanitarios.
Para este año se espera que se lleven a cabo compras por hasta 118 mil millones de pesos, un impulso importante al consumo interno para un año en el que la economía mexicana transitó por una prolongada parálisis debido a las medidas de confinamiento establecidas desde marzo.
Si bien este “fin de semana de descuentos”, que nació en 2011 con el objetivo de captar a los compradores mexicanos que cruzaban la frontera para aprovechar las ofertas del Black Friday, ha mostrado una tasa de crecimiento año con año en número de compradores y el monto total de las adquisiciones, este 2020 podría disminuir significativamente las ganancias generadas, advierten especialistas.
“Por primera vez esta tendencia de crecimiento sostenido se puede revertir y pueda incluso llegar a niveles de lo que vimos en 2016, el año pasado tuvimos 120 mil millones en ventas y mi pronóstico es que ahora será alrededor de 90 mil millones”, afirma Artemisa Montes Sylván, especialista en economía política de la Facultad de Negocios en la Universidad La Salle.
Entre los elementos principales que provocarían esta caída en la actividad del Buen Fin destacan la disminución del poder adquisitivo de la población durante 2020, el aumento de la tasa de morosidad en créditos bancarios y el temor a acudir a centros comerciales por la amenaza de contagio.
Una encuesta elaborada por EY México, apunta que alrededor de 65 por ciento de las personas cuestionadas no acudirán o están indecisas respecto a adquirir algo durante este periodo y señalan que no consideran que los descuentos sean atractivos, no desean gastar por la incertidumbre económica, tienen miedo a contagiarse o no tienen dinero.
En cuanto a la posibilidad de hacer compras vía digital, 93 por ciento de los usuarios están considerando utilizar esta vía, agrega el estudio, en tanto que el siete por ciento restante sólo podrá llevar a cabo sus compras en tiendas físicas.
Sin embargo, tradicionalmente las compras durante este evento se concentran en un sector de la población que no cuenta con crédito, por lo que no hay certeza en torno al éxito de las ventas en línea en esta edición del Buen Fin, apunta Sofia Ramírez, directora de México ¿Cómo Vamos?
“Solamente un tercio de los consumidores que compraron en el Buen Fin anterior lo hicieron con tarjeta de crédito, a pesar de que el crédito creció 25 por ciento adicional que el año previo (…) Estamos hablando que dos terceras partes de los compradores del año pasado lo hicieron por la vía del efectivo y no lo pueden hacer por internet”, detalla la especialista.
Salud o economía, el dilema del Buen Fin
Aunque el famoso fin de semana de descuentos se prolongará a 12 días con el objetivo de “evitar aglomeraciones que puedan poner en riesgo la salud de la población” y se han establecido diversas medidas sanitarias, la celebración de este evento implica tradicionalmente la concentración de multitudes en puntos de venta.
Este evento anual pone de manifiesto el dilema al que se han enfrentado las autoridades sanitarias del país entre establecer medidas de confinamiento estrictas o evitar que se profundice la crisis económica del país con el paro a diversos sectores e industrias.
“No estoy en contra de las actividades que promuevan la economía, simplemente nos estamos olvidando de los más vulnerables, porque hay evidencia científica que señala que las personas que más gravemente se enferman son las personas que menos recursos financieros, personales y humanos tienen, entonces estaríamos hablando de la misma población la que se queda sin trabajo y la que se queda sin salud”, apunta Ramírez.
Además explica que este evento promueve el comercio y consumo, dos actividades que se impulsan a través del poder adquisitivo de las personas y el empleo.
“El ticket promedio del año pasado fue de dos mil pesos y realmente tendríamos que ver si este año se mantiene el número de compradores y se mantiene el valor, eso nos podrá dar indicadores sobre quien se está beneficiando con esta medida en términos de consumo.