Brexit, moneda al aire
El tiempo se le agota al Reino Unido antes de concretar su separación y si no logra un acuerdo, la economía y las empresas que operan en la región se enfrentarán a grandes riesgos
Viviana BranLa salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) puede repercutir en los países que conforman a la región. Analistas advierten que su separación provocaría un shock en el sistema económico, frenaría el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y un tercio de las empresas moverían sus operaciones fuera del territorio.
El sector financiero es el motor más importante del Reino Unido, ya que cuenta con más de 5 mil firmas y 280 mil empleados que proveen servicios y asesoramiento a bancos, inversionistas, y clientes de todo el mundo.
Si el territorio concreta su salida, el PIB se contraería 3.6 por ciento y al menos unas 500 mil personas perderían su empleo, además de que el nivel de la inflación se dispararía y la libra esterlina se depreciaría a nivles históricos, de acuerdo con un análisis elaborado por el departamento fiscal de Reino Unido.
Aproximadamente 60 por ciento de las exportaciones del sector agrario se verían afectadas, así como los aranceles de importación.
La doctora en relaciones internacionales Arlene Ramírez-Uresti mantiene una visión más optimista y explica que, a pesar de la incertidumbre, hasta el momento lo único que ha presentado un descalabro es la moneda británica, pues se ha depreciado en los últimos días.
El 21 de marzo se ubicó en 24.74 pesos y al cierre del 2 de abril se recuperó ligeramente a 25.08 pesos.
“Es importante que también se tome en cuenta lo que está pasando en el sector energético, pues un mayor aislamiento del Reino Unido evitaría que menos pueda meter mano a sus marcos regulatorios”, explica la internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca.
Sin acuerdo a la vista
El 29 de marzo el parlamento británico se opuso por tercera vez a las propuestas de la primera ministra británica Theresa May y estableció sin llegar a un acuerdo la separación definitiva para el 12 de abril.
El gobierno de May no se esperaba dicha resolución, pues pretendía salir de la UE con un acuerdo para el 22 de mayo.
Debido a que la agenda política de la ministra británica está en riesgo solicitará a Bruselas una nueva prórroga “tan corta como sea posible” para retardar la salida, con la intención de dialogar con la oposición laborista un convenio de retirada que evite que el abandono se dé de manera abrupta.
Para que el parlamento le dé más tiempo, May tendrá que presentar antes del 12 de abril nuevas propuestas y deberá justificar para qué quiere la prórroga, además tendrá que participar en el Parlamento Europeo que se realizará entre el 23 y 26 de mayo, el cual estará conformado por elecciones que la ministra quería evitar.
Muchos factores frenan la decisión final, si se acepta la separación bajo un acuerdo, el Reino Unido podrá recuperar la soberanía que estaba buscando y retomar el control.
Arlene Ramírez-Uresti asegura que desde un principio el proyecto fue ambicioso porque su ejecución inmediata es compleja, debido a que existen muchas factores que se deben resolver antes de concretarse.
“El Brexit es parecido a armar un país desde el principio porque se debe pensar en el impacto que esto provocará, desde la normatividad, los nuevos lineamientos para cubrir los vínculos empresariales, hasta las redes del comercio internacional. Esto es mucho más complejo que haber creado la Unión Europea”.