Con la inflación que se vive en todo el mundo, el billete de mil pesos, el de mayor denominación en México, ha perdido el 56 por ciento de su valor debido a que su poder adquisitivo ha disminuido considerablemente durante la última década.
De hecho, con el mismo billete de mil pesos sólo se puede comprar hoy el equivalente a 440 pesos de junio del año de 2012, lo que significa que ha perdido en gran manera su valor.
Por ejemplo, de acuerdo con el Coneval, hace 10 años, el billete de mil pesos alcanzaba para comprar la canasta alimentaria en zonas rurales del país cuyo costo era de 860 pesos por persona; pero, ahora cuesta más de mil 520 pesos.
De acuerdo con El Universal, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, informó que la demanda de billetes de mil pesos se ha incrementado, pero la mayor solicitud se mantiene en las denominaciones de 200 y 500 pesos.
Sin embargo, la directora de Banxico también dejó en claro que ante esta situación todavía no se tiene contemplado emitir un billete de dos mil pesos, pese a todos los rumores.
“No se prevé, al menos en el corto plazo, hacer una emisión sobre este billete de dos mil pesos… Sólo se emitirá si se considera que es necesario para la satisfacción de las necesidades de los usuarios”, dijo.
A su vez, la inflación en México continúa su tendencia al alza durante junio, con lo que ligó cinco meses con incrementos anuales, estimulada por el crecimiento de los precios en alimentos, energéticos y servicios turísticos entre otros productos, hecho que por ejemplo,
En junio de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); registró una variación de 0.84 por ciento respecto al mes anterior, su incremento mensual más elevado para dicho mes desde junio de 1998.
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Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.99 por ciento, su mayor alza desde enero de 2001 cuando llegó a 8.11 por ciento.
Asimismo, la inflación es la principal responsable de que el valor del dinero disminuya, porque se encarga de subir el precio de los bienes y servicios de manera generalizada y sostenida, lo que trae consigo una reducción del poder de compra de las familias.
Por tanto, los billetes y monedas han perdido poder adquisitivo de manera más rápida a partir del año pasado, debido a la inflación récord.
