Banxico lucha por contener costos y continua con alzas de tasa de interés

Los pronósticos estaban puestos en una reducción de la inflación durante enero y la desescalada en las alzas de tasas de interés por parte de Banxico, pero los datos publicados ayer sorprendieron al mercado
María Fernanda Navarro María Fernanda Navarro Publicado el
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El Banco de México (Banxico) continúa apretando la política monetaria para tratar de contener el aumento de los costos en productos y servicios.

Aunque hasta hace unos días se esperaba que el banco central mexicano se “relajara” y pusiera fin al aumento de tasas de interés, el escenario se complicó con el dato de inflación anual de enero de 2023.

Bajo este panorama, los integrantes de la Junta de Gobierno acordaron aumentar 50 puntos base la tasa de interés interbancaria para colocarla a un nivel 11 por ciento, un punto  inédito desde que el banco central adoptó como objetivo operacional la tasa de fondeo.

Banxico apunta que ante el proceso de desinflación más lento de lo previsto se ajustaron los pronósticos en torno a la tendencia de los costos de productos y servicios. Además, ante la dinámica de los precios específicamente en aquellos que no están sujetos a la alta volatilidad, se consideró necesario “en esta ocasión repetir la magnitud del incremento en la tasa de referencia de la reunión anterior, a fin de estar en una mejor posición para hacer frente a un entorno inflacionario todavía complejo”.

Sin embargo, en el comunicado de política monetaria se señala que en la próxima reunión el incremento de la tasa de referencia podría ser de menor magnitud.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó una variación anual de 7.91 por ciento en enero de 2023, un resultado más elevado de lo esperado por el mercado que pronosticaba una inflación de 7.89 por ciento, con lo que se rompió así la inercia de descenso que se observó al final del 2022.

“Aunque esperamos que durante los próximos meses la inflación no sea tan alta como el año pasado, por ahora las presiones siguen siendo significativas y los incrementos de precio se dieron por igual en mercancías, servicios y diversos productos, lo que hace resonar la tesis de un fenómeno impulsado por determinantes internas como los incrementos salariales y el dinamismo del consumo”, apuntó Monex en su análisis matutino.

En el caso de la inflación subyacente, es decir, el subconjunto de precios que no están sujetos a la estacionalidad o alta volatilidad, como alimentos procesados, bebidas y tabaco, mercancías no alimenticias, vivienda y educación; se observó un incremento de 0.71 por ciento a tasa mensual y 8.45 por ciento a tasa anual.

En tanto que el índice de precios no subyacente, que incluye bienes y servicios que no responden directamente a condiciones de mercado como alimentos sin procesar, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno; subió 0.57 por ciento a tasa mensual y 6.32 por ciento a tasa anual.

Sorpresa del mercado

Tanto los resultados de la inflación como la decisión de Banxico tomaron por sorpresa al mercado que pronosticaba un aumento menor en los precios de productos y servicios y una reducción en la magnitud del alza, para desligarse de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.

Sin embargo, la decisión de los integrantes de la Junta de Gobierno del banco central fue calificada como acertada.

“Dado el desfavorable dato de inflación en enero, y la resistencia que presenta la inflación subyacente, la decisión monetaria de hoy va en la dirección correcta para intentar desestimular una realineación de precios en los meses siguientes”, apunta Moody’s Analytics.

En ese sentido, Moody’s señala que aún no se puede afirmar que el ciclo monetario de alzas ha llegado a su fin.

Desde junio de 2021 los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico han aplicado una política monetaria restrictiva, también conocida como “ hawkish”, que se adopta cuando se aumenta las tasas de interés e impulsa la política monetaria restrictiva que se enfoca en reducir la cantidad de dinero del país con el objetivo de contener la inflación, aunque con ello se corre el riesgo de frenar el crecimiento económico.

En contraste está el  “tono dovish o de paloma”, cuando el banco central se enfoca en la reducción de tasas de interés y una política monetaria expansiva que impulsa la reactivación económica de un país a través del aumento de la cantidad de dinero y con ello el estímulo a la inversión y reducción del desempleo.

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