El banco central mexicano se inclinó, en la última decisión de política monetaria por una medida más dinámica para enfrentar las condiciones de incertidumbre y volatilidad de 2018.
El gobernador de Banco de México declaró en una entrevista, que están preparados para hacer uso de sus herramientas de política monetaria en la presencia de presiones inflacionarias. Por lo pronto, el mercado ya está considerando la posibilidad de que el instituto central vuelva a subir su tasa de interés de referencia en 25 puntos base durante el primer trimestre de 2018, lo cual podría frenar las pérdidas del peso de manera temporal, explicó Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base.
Esa opinión fue secundada por Banorte al anticipar una subida de 25 puntos base en la tasa de referencia de Banco de México, en la reunión del 8 de enero.
El tono del comunicado de la Junta de Gobierno de Banxico del 14 de diciembre tuvo un sesgo a tomar una postura monetaria más restrictiva, al enfatizar en que el panorama para la inflación se tornó más complejo, ya que el peso mexicano se presionó por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la normalización de la política monetaria de Estados Unidos, precisó el informe.
Otro aspecto en ese sentido fue que el incremento de la tasa de referencia obedeció a la necesidad de mantener ancladas las expectativas de inflación y de reforzar su trayectoria hacia la meta.
Debido a que persisten riesgos para la inflación, la Junta de Gobierno podría tomar acciones para asegurar que se mantenga el anclaje de las expectativas de mediano y largo plazo. Además hizo referencia a que tanto la brecha del producto como del mercado laboral no muestran holgura.
Según las previsiones de Banorte, la inflación se mantendrá alrededor de 200 puntos base por arriba del objetivo del banco central, y se acentuará la volatilidad del peso por la incertidumbre del TLCAN y el proceso electoral de 2018.
Expectativa sobre el futuro de la tasa
La reciente encuesta Citibanamex de analistas reflejó una gran incertidumbre en la política monetaria. Mientras que tres cuartas partes anticipa que el siguiente movimiento sea un alza en la tasa durante los primeros cuatro meses de 2018, una buena parte espera que mantenga la tasa sin cambio en los siguientes meses y que su próximo cambio sea una reducción, lo cual según estos analistas podría ocurrir entre agosto de 2018 y marzo de 2019.
La falta de consenso en la decisión de política monetaria no fue sobre si debería mantenerse o no la tasa objetivo en su nivel, sino sobre la dimensión del ajuste, apuntó, por su parte, Santiago Fernández, analista de Banco Intercam.
“Esto refleja una postura agresiva del Banco de México, comprometido con su mandato de contener la inflación”, dijo.
A la vez, abre la posibilidad de futuras alzas si las presiones sobre la inflación continúan
El gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León es considerado un funcionario mucho más defensivo (hawkish) que Agustín Carstens.
El economista independiente, Jonathan Heath, publicó en agosto pasado, que Díaz de León es de formación ortodoxa y aunque ha demostrado tener cierta capacidad de liderazgo, por los puestos que ha ejercido quedan dudas que tenga el carácter fuerte e independiente para el cargo.