La energía solar avanza a paso firme. Mientras México mantiene su dependencia con los hidrocarburos fósiles, a la par el sector solar afianza su presencia y expansión dentro del territorio nacional.
Actualmente la capacidad instalada en la República Mexicana es de más de tres mil megawatts (MW), al sumar 39 centrales solares en operación comercial, ubicadas en 11 entidades, y más de 85 mil contratos en el rubro de Generación Solar Distribuida, de acuerdo con datos de Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).
El auge que ha experimentado la industria en territorio azteca no es menor, sobre todo, al tomar en cuenta que hasta hace cinco años se contaba una capacidad instalada de entre 30 a 40 MW concentrados en un par de centrales.
“El crecimiento es exponencial porque es un sector que en 2013 no existía en México. Gran parte de esto se debe a las subastas eléctricas que han resultado en precios competitivos”, dice Héctor Olea, presidente de Asolmex.
Las 39 centrales que ya se encuentran en operación comercial son resultado de la primera y segunda Subastas Eléctricas de Largo Plazo. Por tal motivo los participantes del mercado esperan que durante este año y el próximo se pongan en marcha otros proyectos asignados durante la tercera licitación.
Los estados más beneficiados de esta característica son Chihuahua, Sonora, Durango, Baja California y Coahuila. En el caso de este último, el municipio coahuilense de Viesca alberga la planta solar más grande de Latinoamérica y segunda del planeta.
Las centrales solares no han sido lo único que se ha impulsado con la apertura del mercado, la Generación Solar Distribuida (techos solares) también se posicionaron de manera importante en el sector eléctrico.
Cifras de Asolmex revelan que al cierre de 2018 se instalaron más de 85 mil contratos a nivel nacional diseminados en usuarios comerciales, industriales y residenciales.
En este sentido, la consultora PwC prevé que para 2024 se alcance una capacidad instalada de más de seis mil MW, que servirá para atender la demanda de 1.2 millones de hogares mexicanos.
¿Riesgo a la vista?
En diciembre pasado se anunció la suspensión de la cuarta subasta eléctrica derivado de los cambios de administración en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Secretaría de Energía (Sener) y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
El mayor temor de los empresarios que integran el sector es que para el año 2021 se repita el fenómeno que actualmente se está viviendo con los hidrocarburos fósiles: que el suministro presente un retraso si el esquema de subastas es cancelado por el Gobierno federal.
Por ahora, lo que es un hecho es que ya hay 10 proyectos con operación comercial resultado de estas asignaciones, que han traído consigo la inversión directa de seis mil 300 millones de dólares y la generación de más de 50 mil empleos a lo largo de la cadena de valor.
El presidente de Asolmex reconoce que, al menos por ahora, los jugadores del sector no cuentan con un plan B para hacer frente al escenario más desalentador.
“Tenemos una gran preocupación por la definición de la cuarta subasta que se espera para febrero. Llamamos a las autoridades a que se mantenga este mecanismo que, como cualquier iniciativa, es perfectible, pero si se llega a cancelar México se quedaría desprotegido para cumplir con sus metas”.