La recaudación de impuestos en el país avanzó de 2019 a 2020, sin embargo, México sigue al final de la lista de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuando se miden los ingresos fiscales como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).
El año pasado el país se colocó en el segundo puesto en la lista de variaciones en el cobro de impuestos en proporción al PIB con un avance de 1.6 puntos porcentuales, rebasado únicamente por España en el que se registró un incremento de 1.9 por ciento, de acuerdo con el “Revenue Statistics 2020” publicado por la OCDE.
En esta tabla de la OCDE hay 20 países que muestran un avance de 2019 a 2020 en la variación de los ingresos con relación al PIB, pero únicamente seis de ellos, incluido México, registraron incrementos nominales en su recaudación. En el resto de los países esta variación positiva se explica por la caída del crecimiento económico.
Del otro lado de la tabla, es decir, aquellos países que registraron una variación negativa al avance de sus ingresos en relación con la riqueza de sus países, están Noruega, Chile e Irlanda. Esta caída, en el caso de Noruega, se explica por una fuerte disminución en los ingresos del Impuesto Sobre la Renta de las empresas, debido a cambios que el gobierno estableció de forma temporal en la Ley del Impuesto sobre el Petróleo para ayudar a las empresas de petróleo y gas a ejecutar inversiones planificadas, explica la OCDE.
Otros países también integraron medidas de apoyos fiscales a empresas durante los meses de confinamiento más estrictos en 2020 para evitar la expansión de contagios por COVID-19. Este elemento, que no estuvo presente en el caso mexicano, favoreció al país al momento de medir su avance en este rubro, señala Guillermo Mendieta, integrante de la Comisión Técnica de Auditoría Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.
“Claro que otro de los elementos que provocó este avance fueron los programas de fiscalización y recaudación que planteó el gobierno, por ejemplo, con la revisión de ejercicios anteriores, créditos que no se habían cobrado o juicios fiscales”, explica el especialista.
Uno de los enfoques más importantes de la gestión de Andrés Manuel López Obrador ha sido la disminución de la evasión fiscal y con Raquel Buenrostro al frente del Sistema de Administración Tributaria (SAT) se han puesto en marcha diversas medidas para alcanzar este objetivo.
Durante los primeros 10 meses de 2021, el Gobierno federal informó que los ingresos tributarios mostraron un crecimiento real anual de 1.6 por ciento con respecto al mismo periodo de 2020, en tanto que estos representan 62.6 por ciento de los ingresos totales. En este periodo se integraron a las arcas públicas dos billones 761 mil 629 pesos y es el Impuesto Sobre la Renta (ISR) el que más recursos ingresó con un billón 467 mil 909 pesos.
Uno de los enfoques especiales de Buenrostro al frente del SAT es la continuación de juicios fiscales y el saldo de adeudos por parte de personas morales o los famosos grandes contribuyentes, de quienes obtuvo 148 mil millones de pesos de enero a octubre de este año, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Sin embargo, estos esfuerzos aún no promueven a México del cuadro de deshonor de la OCDE cuando, en una “fotografía” más amplia , mide la proporción de los ingresos tributarios con respecto al PIB, al ser el país con menor recaudación, con 17.9 por ciento, señala la OCDE.
Control en la recaudación desde el SAT
Para continuar incrementando la recaudación fiscal, el SAT preparó una serie de cambios de cara a 2022 y entre los más significativos está la creación del Régimen Simplificado de Confianza, en el que se tendrán que integrar las personas físicas con actividad empresarial, que actualmente ascienden a 79.8 millones de contribuyentes.
Este nuevo régimen prevé tasas impositivas mínimas que se aplicarán de manera progresiva tomando en cuenta los ingresos de los contribuyentes. Así, para quienes reciban ingresos anuales no mayores a 300 mil pesos anuales, podría aplicar una tasa de uno por ciento y, para quienes obtengan hasta tres millones 500 mil pesos, se aplicaría una tasa de 2.5 por ciento.
Se trata de una gestión fiscal que busca generar más control entre los posibles contribuyentes para después fiscalizar y recaudar más, explica Mendieta.
“Habrá más restricciones para la fiscalización y recaudación por dar de alta a los jóvenes de 18 años, aún cuando no están laborando, eso es un tema de control, para cuando empiecen a laborar ya habrá una especie de control fiscal”, explica el especialista.