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El consenso general entre las empresas es que la diversidad de género en el área de trabajo genera grandes beneficios, sobre todo a la hora de tomar decisiones.
Sin embargo, en la práctica las mujeres no consiguen llegar a puestos directivos y los programas que pueden ayudar a su inclusión no se implementan.
De acuerdo a estudios publicados por la Universidad de Standford y la consultora McKinsey, la participación de mujeres en altos puestos directivos es muy baja comparada con la de los hombres.
En ese sentido, América Latina y Asia se colocan como las regiones del mundo donde existen menos mujeres directivas.
Entre los países de estudio, México tiene los niveles más bajos de participación femenil, los cuales se encuentra en el 5.8 por ciento. En contraste, Noruega tiene el nivel más alto de participación, con el 36.1 por ciento de mujeres directivas.
A pesar de que las mujeres no suelen llegar a los puestos de trabajo donde se toman las decisiones más importantes, las empresas concuerdan que la diversidad de género trae grandes beneficios.
El estudio de Standford señala que un consejo directivo con equilibrio de género fomenta el debate saludable y la independencia de sus decisiones.
Esto se debe a que las similitudes entre grupos sociales semejantes (como lo es un consejo conformado solo por hombres) suelen tomar solo un punto de vista y llegan a consensos prematuros.
Asimismo, las mujeres aportan una prespectiva diferente sobre el comportamiento de los clientes en comparación con la que tienen los hombres.
También evalúan la información acerca de riesgos y beneficios de manera distinta, por lo que al final las decisiones que toma la empresa contemplan más variables y son mejores.
Por otro lado, los niveles de confianza y cooperación son más altos en las mujeres, lo que mejora la dinámica en las juntas de consejo.
A pesar de estos beneficios, los estudios realizados hasta la fecha no han conseguido relacionar directamente un mejor desempeño corporativo con el aumento de la presencia de mujeres en puestos directivos.
Buscando la diversidad
Cada vez más empresas latinoamericanas han convertido la diversidad de género como una de sus prioridades más importantes.
El estudio de McKinsey afirma que en el 2010, el 21 por ciento de los empresarios latinos tenían como objetivo aumentar la participación de las mujeres en estos puestos.
Este indicador subió hasta el 37 por ciento en el 2013, al mismo tiempo de que el 80 por ciento de los directivos se declaraban comprometidos con esta causa.
México es el país de Latinoamérica donde las corporaciones manifiestan mayor intención de generar equidad de género, pero a pesar de estas buenas intenciones, no se ha conseguido hacer un gran cambio. La mayoría de las mujeres encuestadas por McKinsey establecen que la falta de igualdad se debe principalmente a las bajas tasas de promoción que hay para el sexo femenino.
Por su parte, los hombres opinan que el problema se debe a que, en general, no existen suficientes mujeres en el área administrativa de la empresa. Esto hace que su probabilidad de llegar a un puesto directivo sea menor.
Otra de las razones más mencionadas de esta inequidad fue el alto índice de deserción femenina en los puestos de nivel medio y alto.
Dichos puestos suelen exigir grandes cantidades de tiempo a las personas y muchas mujeres terminan optando por cuidar de su familia.
Lo altos ejecutivos afirman que si no hay mujeres en estos puestos de la industria es porque son trabajos menos atractivos para ellas.
De acuerdo a las respuestas de los encuestados, se estableció que uno de los principales problemas para que las mujeres ejerzan puestos directivos es el “Síndrome de Doble Carga”. Esto hace referencia a que la sociedad espera que una mujer adopte las responsabilidades no solo del trabajo, sino también las de la familia, lo que implica una doble carga de trabajo.
Dicho síndrome tiene más fuerza en los países latinoamericanos porque existe una tendencia cultural más fuerte que presiona a las mujeres a encargarse del hogar, mientras los hombres trabajan.
Chinas millonarias
Asia es una de las regiones del mundo donde existe mayor inequidad de sexo en los puestos de trabajo, pero China ha conseguido albergar a más de la mitad de las mujeres multimillonarias del mundo.
Dentro del ranking mundial de mujeres ejectutivas, 14 de las 28 empresarias con fortunas superiores a mil millones de dólares provienen de China.
Aunque existen mujeres con mayores cantidades de dinero en el mundo, la lista hace referencia únicamente a aquellas que se hicieron ricas por sus propios medios mediante la fundación de empresas o la escalada de puestos administrativos.
En ese sentido, el título de la mujer más rica del mundo es de Chen Lihua, de 72 años, quien trabaja en la empresa de bienes raíces Fu Wah y cuya fortuna asciende a los 6 mil millones de dólares.
Este fenómeno puede ser explicado con las políticas chinas de un solo hijo. Mientras que el gobierno permite a las familias tener un solo hijo y la gran mayoría prefiere que sea varón, las mujeres que han nacido de la década de los 80 a la fecha son más propensas a ir a la universidad y conseguir trabajo. Los padres enfocan todos sus esfuerzos a su único hijo, sea hombre o mujer.