Para poder obtener el mayor beneficio posible del proceso de relocalización industrial por el que atraviesa México es necesario saldar los pendientes que diversas regiones registran en términos de condiciones laborales, oferta de servicios básicos, infraestructura y Estado de derecho.
El país se ha colocado al centro de las perspectivas globales de los ecosistemas logístico, comercial e industrial, ya que gracias a las tensiones geopolíticas vigentes y las disputas por el liderazgo en los mercados de consumo a nivel internacional, hoy el territorio nacional figura como un espacio estratégico para poder situarse cerca de la considerada economía más grande del mundo.
Sin embargo, dichas expectativas no implican que México cuente con los recursos y condiciones necesarias para que los millones de dólares en inversión y los cientos de empresas que desean localizarse en territorio nacional puedan hacerlo a corto plazo, ya que las regiones que integran al país tienen diversos retos estructurales en aspectos clave que resolver para aprovechar al máximo la tendencia de la relocalización, de acuerdo con el informe “Nearshoring: prioridades para el desarrollo regional”, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“Es importante tomar en cuenta que la proximidad geográfica que tiene México con la economía de Estados Unidos es una ventaja enorme en sí misma y muy redituable para la atracción de inversiones, sobre todo en el marco del fenómeno de relocalización, pero no es suficiente; además de la cercanía, el país debe de ofrecer destinos en los que se atiendan las necesidades que tienen las empresas, como el suministro de energía o agua, por ejemplo, la provisión de seguridad pública; además de la capacidad que puedan tener las entidades para proveer un entorno de bienestar para los trabajadores que operarán en las compañías”, expone a Reporte Índigo, Víctor Gómez, director de analítica de datos del IMCO.
Al respecto, la organización destaca a partir de su análisis que las diferencias entre estados han generado un panorama diametralmente distinto entre en norte y el sur del país, por lo que resulta imperativo impulsar una estrategia de política pública que pueda incentivar el desarrollo regional de México y buscar cerrar la brecha que persiste entre las entidades.
“La investigación muestra que en los cuatro ejes analizados Nuevo León, Aguascalientes y Coahuila tienen un mejor desempeño que el resto de las entidades y cuentan con facilidades para aprovechar la tendencia de relocalización de cadenas productivas. En contraste, Oaxaca, Estado de México y Zacatecas son entidades cuyas condiciones estructurales dificultan la atracción de inversiones y el incremento de actividades económicas ligadas con el nearshoring”, se lee en el documento.
Los factores decisivos para obtener el máximo beneficio por la tendencia de la relocalización
Las condiciones laborales adecuadas , la oferta de servicios básicos, contar con infraestructura suficiente y establecer un clima de negocios adecuado a partir de procurar el Estado de Derecho figuran como los factores decisivos para poder considerar a una entidad “preparada” para el nearshoring, de acuerdo con el IMCO.
Así, el personal mejor capacitado podría encontrarse en entidades como la Ciudad de México, Sinaloa o Colima, que son las estados con mayor proporción de población económicamente activa con nivel de educación superior; también dentro de Jalisco, Nuevo León o Querétaro, donde tienen un mayor manejo del idioma inglés.
Por otro lado, la mayor disposición de agua en el país, que en estos tiempos figura como un factor determinante para la localización de proyectos empresariales, se localiza en el sur del país, específicamente en Chiapas, Oaxaca y Tabasco, estados que enfrentan una situación compleja al albergar una significativa cantidad del recurso hídrico y tener problemas para su gestión.
No obstante, en amplio contraste con las oportunidades que muestran las entidades anteriormente señaladas, Michoacán destaca por ser el estado que, ante complejidades en materia de inseguridad, registra el mayor porcentaje de empresas privadas que perciben el marco regulatorio de su estado como un obstáculo para su objetivo de negocio, según la investigación.
Urgencia por aprovechar el nearshoring ante el avance de otros países
Los retos que enfrenta el país, y sus entidades, para poder aprovechar la tendencia de la relocalización plantean un escenario de urgencia ante el hecho de que otras naciones puedan ofrecer mejores condiciones a empresas e inversionistas, quedándose con los beneficios de la tan anunciada coyuntura.
“Lo vemos en cifras de Inversión Extranjera Directa, respecto a nuevas inversiones dentro del continente asiático, como el caso de Vietnam o Tailandia, la capacidad que han tenido para atraer inversión productiva hacia su países supera lo que México ha logrado en estos últimos años, por lo que observamos que el potencial que se tiene no se ha explotado en una proporción deseable “, alerta Gómez.