Amor en tiempos deshonestos

A la mujer, ni todo el amor, ni todo el dinero, reza el dicho popular.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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porcentaje de los norteamericanos dicen haber escondido dinero en efectivo

A la mujer, ni todo el amor, ni todo el dinero, reza el dicho popular.

Esta semana, Verónica Dagher, del WallStreet Journal, ha lanzado el artículo “Por qué esconder dinero de tu esposa se ha vuelto aún más difícil”, donde expone las facilidades que aporta la tecnología para rastrear malas jugadas de tu pareja, como lo es ocultar dinero ahorrado, compras en línea y hasta búsquedas en Internet. 

Cada paso en falso es una huella dejada. Pensar que con borrar el historial o utilizar cuentas bancarias ocultas será suficiente para mantenerse en la clandestinidad es pecar de ingenuo.

La tecnología ha logrado abrir canales para tener toneladas  de información con sólo pulsar un botón, y la información de tu pareja no es la excepción, en la red puedes encontrar hasta sus más oscuros pensamiento.

El rastro que se deja en redes sociales como facebook o cuentas bancarias utilizadas vía Internet, dejan una estela que es posible de seguir por los investigadores cibernéticos, los nuevos Sherlock Holmes del siglo XXI. 

“Hay casos de personas que por medio del Internet descubrieron que su pareja tenía mucho más dinero de lo que aparentaban tener”, menciona Dagher en su artículo.  Peor aún, hay quien le ha descubierto a su pareja hasta una doble vida llena de actos ilícitos.

Los deshonestos en estadísticas

Datos brindados por el artículo del Wall Street Journal presentan un común denominador: a las parejas no les gusta decir toda la verdad acerca de sus finanzas. 

Según datos estadísticos de la Fundación Nacional para la Educación Financiera:

— 31% de los norteamericanos que unen sus bienes con los de su pareja no han dicho toda la verdad sobre su dinero.

 58% de ellos dicen haber escondido dinero en efectivo.

Según miembros de la Academia Americana de Abogados Matrimoniales:

 80% de ellos dicen haber visto un incremento de evidencia con base en redes sociales.

 92% dice haber visto en los tres últimos años un incremento en casos cuya evidencia proviene de smartphones.

Las migajas de pan electrónico 

Como el cuento de los niños que dejaban el rastro de pan para volver a casa, así puede resultar una simple navegación por Internet. 

Citando a un abogado de California, Veronica Dagher nos cuenta la historia de una mujer que sospechaba que su esposo la monitoreaba. Después de llevar su computadora a revisión, la cónyuge se percató que su pareja había instalado un software que grababa cada tecla que ella oprimía. Cada tecla era una migaja para saber el camino recorrido. 

Y el GPS es un ejemplo más sofisticado. La aplicación Find my Iphone, permite localizar vía satelital la ubicación de cualquier celular. Una madre de familia lo activó en los teléfonos móviles de toda su familia y lo que descubrió fue realmente revelador: un esposo que acudía a joyerías y  visitas recurrentes a clubes nudistas y departamento de otras mujeres. 

Dejar el celular en manos ajenas puede mostrar un muy oscuro pasado. Dagher menciona el caso de un hombre cuya mujer se marchó de vacaciones, dejando su celular en casa. 

El marido, un especialista forense de Nueva York, revisó el teléfono móvil.  Venta de narcóticos, novios múltiples, clubes de sexo y posesión de otros bienes fueron parte de la vida paralela de la esposa, También se dieron cuenta que la mujer había contratado un hombre para  matar al esposo,. 

La comunicación vale más que cien mil dólares

El abogado James Hennenhoefer narra el caso de un hombre que fue investigado por su mujer, a quien se le descubrió una transacción de 100 mil dólares a un banco suizo. El destino era la cuenta de una de sus amantes, transacción que pensó, nunca la descubrirían. 

El que busca, encuentra. La tecnología ha vuelto tan fácil desenmascarar infidelidades y tan difícil mantener cosas en las sombras. Sin embargo, todo se podría prevenir si las parejas entablaran una mejor comunicación. 

“En lugar de comenzar a espiar a su pareja buscando evidencia, o buscar a un profesional que lo haga, es mejor simplemente comunicarse con su pareja sobre sus sospechas”, dice Dagher.

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