Los esfuerzos por contener la escalada de precios en los alimentos y productos de la canasta básica por parte del Gobierno federal han sido limitados pese a que el efecto de la inflación de los últimos meses está afectando a los hogares más pobres del país.
Los alimentos registraron una inflación anual de 15.22 por ciento durante la primera quincena de julio. Además, productos centrales de la dieta de los mexicanos, como la tortilla, registró un incremento en su costo anual de 12.84 por ciento, y la harina de trigo 32.25 por ciento, de acuerdo con un registro elaborado por la organización México ¿Cómo vamos?
“El episodio que vivimos de la coyuntura internacional de la Guerra en Ucrania, los nuevos contagios de COVID y los cuellos de botella en las cadenas de suministro han hecho que tanto los energéticos como los alimentos estén por las nubes. Y esto a todos nos afecta, pero a las familias de los primeros deciles de ingreso prácticamente enfocan todo su ingreso para adquirir alimentos”, advierte Adriana García, coordinadora de análisis económico de este organismo.
Para tratar de contener el impacto de los aumentos de los costos de los productos de la canasta básica el Gobierno federal, junto con las autoridades hacendarias del país, pusó en marcha el Paquete Contra la Inflación y Carestía (PACIC) que, en gran medida, enfoca una serie de acciones para contener el costo de los alimentos. También incluye la estabilización del precio de la gasolina y el diésel, precios de referencia del gas LP y electricidad y el no incremento en peajes a carreteras.
Sin embargo, el efecto de este programa gubernamental ha sido limitado en torno a los costos de los alimentos y más eficiente por el lado de los energéticos.
“Esta subsidio y estímulo fiscal que tiene en las gasolinas y el diesel si ha permitid que la inflación general no sea más alta, sin embargo, no se han analizado o no se profundizan en los costos que esto implica en las finanzas públicas.
“Por el lado de los ingresos, los ingresos tributarios que son seis de cada 10 pesos de ingresos públicos, el más fuerte es el ISR ahí podemos ver en el IEPS el subsidio que hay del 100 por ciento a las gasolinas y el diesel pero entonces quiere decir que el gobierno está renunciando a parte de sus ingresos por un programa para detener la inflación que principalmente beneficia a los hogares de mayores ingresos”, señala la especialista.
Esta semana, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que se han destinado 68 mil 874 millones de pesos; en subsidio a la electricidad doméstica 73 mil millones de pesos; en subsidio a las gasolinas 430 mil millones de pesos; y en congelamiento de cuotas de carreteras, dos mil 750 millones de pesos.
Sin los estímulos adicionales a los combustibles la inflación se ubicaría en 2.6 puntos porcentuales arriba de los 8.16 por ciento que está la inflación actualmente, es decir, 10.76 por ciento.
Programa social enfocado
Bajo este panorama, la propuesta de México ¿Cómo vamos? para apoyar a los hogares más vulnerables en el contexto de esta inflación histórica es generar un programa social focalizado, que no es lo mismo a los programas masivos que ya operan en la actual administración.
García pone como ejemplo el programa de Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores al que tienen acceso todas las personas mayores a 65 años sin importar su estatus económico.
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