La adquisición de Monsanto, por parte de Bayer, demuestra que un mal trato puede quebrar a un gigante

Los productos que la empresa agrícola comercializa, como pesticidas y semillas, han desatado todo un debate por sus efectos; algo que se ha presentado a nivel regional, e incluso, dentro del país
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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Pese a que la adquisición de Monsanto, por parte de Bayer, figuraba como una decisión de inversión que traería grandes dividendos a la farmacéutica alemana, hoy le ha generado diversos impactos negativos que trascienden de lo económico, como lo es en su reputación, por ejemplo.

En 2018, la compañía farmacéutica Bayer invirtió cerca de 63 mil millones de dólares para comprar a Monsanto, la multinacional estadounidense productora de agroquímicos y biotecnología, con grandes expectativas de poder crear una empresa agrícola líder a nivel global; seis años después, la historia resultó distinta.

Por ejemplo, las ventas de la firma a nivel global en 2023 ascendieron a 47 mil 637 millones de euros, 3 mil 102 millones menos en comparación a 2022; al mismo tiempo que sus compromisos financieros netos se incrementaron hasta alcanzar la cifra de 34 mil 498 millones de euros, de acuerdo con su último reporte financiero anual.

“Además de nuestra elevada carga de deuda, seguimos agobiados por litigios en Estados Unidos. Hemos ganado algunos juicios pero hemos perdido otros, y hemos visto algunas indemnizaciones por daños y perjuicios sin precedentes. Hemos interpuesto recursos contra las sentencias adversas y seguiremos defendiéndonos vigorosamente”, destacó la empresa sobre su situación actual, en la carta a los inversionistas contenida en el reporte.

De lo anterior que, pese a que la aspirina, producto estrella de la empresa, logró catapultarla hasta lo más alto de la lista de compañías globales de mayor éxito, la inclusión en el segmento de  productos como lo son los herbicidas a base de glifosato no ha tenido el mismo efecto, ya que incluso provocó que el negocio agrícola de la firma cayera un 18.5 por ciento y que sus acciones se depreciarían significativamente hace poco más de un año por la menor venta de ese tipo de productos.

“Existe un gran número de investigaciones llevadas a cabo en relación con el glifosato y los herbicidas a base de glifosato de Bayer, incluyendo más de 800 estudios rigurosos presentados ante la Agencia de Protección Ambiental de los Estados, así como las autoridades regulatorias de Europa y de otros países en relación con el proceso de registración, lo cual confirma que el uso de dichos productos es seguro y que el glifosato no es cancerígeno”, justifica la empresa sobre el uso del producto químico catalogado por la Organización Mundial de la Salud como “probablemente cancerígeno para los humanos”.

Las consecuencias de la adquisición de Monsanto trascienden de lo económico

Las consecuencias que Bayer ha tenido que afrontar por la adquisición de Monsanto, y la comercialización de su controversial herbicida elaborado a base de glifosato, además de otros productos, trascienden de lo económico, ya que al 31 de enero de este año, la empresa ha tenido que enfrentar aproximadamente 167 mil reclamaciones, las cuales en su mayoría han sido resueltas o no procedentes, de acuerdo con la propia marca.

“El más usado en el mundo es el herbicida Roundup, que contiene glifosato. La empresa Monsanto utiliza este producto químico para impedir el desarrollo de hierbas perjudiciales en las cosechas. Pero debido a que demasiado herbicida podría dañar la siembra, la compañía también generó variedades de cultivos transgénicos (modificados genéticamente), que pueden soportar la aplicación de herbicidas, especialmente los basados en glifosato. De esta manera, Monsanto se aseguró la venta de semillas transgénicas y del herbicida que necesitan. El uso del glifosato se hizo masivo y la compañía se convirtió en el mayor fabricante de productos químicos para la siembra”, ha denunciado Greenpeace sobre el accionar de la empresa que adquirió Bayer.

Así, más allá de los millones de dólares que la empresa pueda facturar a partir de sus actividades comerciales, también acumula controversias a diversos niveles por los efectos que sus productos puedan llegar a generar, tal y como ha sucedido en la región latinoamericana e incluso en México.

El debate en la región

El debate que han generado las consecuencias que el uso de los productos fabricados por la empresa adquirida por Bayer producen no ha resultado menor en la región; prueba de ello han sido los casos en Argentina, Bolivia y Brasil, por mencionar; cuestión que incluso en el país tuvo su reflejo por la disputa que el gobierno mexicano sustentó con la marca por la prohibición del uso de los productos estrella de la marca en territorio nacional.

“Con el desistimiento de la demanda que la empresa trasnacional Monsanto Company mantuvo hasta el pasado martes 25 de abril en contra del decreto presidencial de 2020, que busca prescindir del glifosato y el maíz transgénico para consumo humano, México obtuvo un triunfo en una batalla jurídica en la que prevaleció la razón a favor de la vida, la salud, la naturaleza, la riqueza biocultural y la soberanía alimentaria”, celebró al respecto el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.

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