Con la reducción en las medidas sanitarias a nivel nacional, un amplio número de empresas comienzan a dejar atrás el home office o teletrabajo para volver a sus actividades presenciales. Algo que ha generado una notable inconformidad por parte de los trabajadores y presenta un riesgo de renuncias para las empresas que insisten en mantener este modelo.
Contrario a lo esperado al inicio de la emergencia sanitaria por COVID-19, la productividad de las empresas mexicanas que recurrieron al home office para mantenerse activas no cayó. Por el contrario, para octubre de 2020, a siete meses de iniciar la pandemia, su productividad había incrementado hasta en 40 por ciento, según registra la agencia Great Place to Work.
En contraste, cuando se comenzaron a implementar modelos híbridos que consistían principalmente en dividir la semana laboral entre el home office y las oficinas presenciales, la productividad bajó hasta en un 18 por ciento para mayo de 2021, con el 56 por ciento de los trabajadores reportando mayor cansancio.
La “normalidad” a la que las empresas pretenden volver con el regreso a las oficinas y los horarios de entrada y salida se fue para no regresar, señala Sergio Nouvel, CEO de la plataforma Get on Board, en entrevista con Reporte Índigo.
“Para todas las empresas que trabajan con conocimiento, con información, no hay una normalidad pre-pandemia a la cual se vaya a retornar. Creo que quienes se dan cuenta de esto bastante rápido son los trabajadores. Las personas que han experimentado que se puede trabajar en remoto y que se dan cuenta que, si los quieren obligar, no hay mucho fundamento”.
Si bien sigue habiendo industrias en las que la presencia de los trabajadores es indispensable, como la explotación de materias primas o la fabricación de productos, Nouvel también destaca que distintos sectores de servicios como el financiero o el retail son cada vez más digitales, lo que también permite una mayor flexibilidad para sus trabajadores.
“No es realmente oficina versus casa, es poder variar, alternar dependiendo del día. Eso es cierto para todas las personas. El poder elegir, no solamente si ir o no a la oficina, sino a qué oficina quieres ir y a qué horas, son factores que influyen en la productividad. Por eso es que las empresas que han abrazado el trabajo remoto lo hacen desde la perspectiva de la flexibilidad”.
Destaca que el modelo remoto es benéfico incluso a nivel país pues “muchos trabajadores de la tecnología que cinco o seis años atrás se iban a Estados Unidos a trabajar, hoy se quedan, gastan sus salarios localmente, impactan a su economía, tienen salarios menos dependientes de los vaivenes locales”.
Con el fin de la cuarentena, el teletrabajo y los modelos híbridos parecen terminar también. Algo ampliamente rechazado por los trabajadores pues, de acuerdo con las estimaciones hechas por OCCMundial, hasta el 55 por ciento considera renunciar a sus actuales empresas si éstas eliminan por completo el home office.
“Ese es el verdadero punto. Que en esta economía y en esta industria es el trabajador el que tiene la sartén por el mango, el que tiene la capacidad de negociación. Por ende las empresas, si lo que realmente quieren es retener al talento, tienen que darle lo que está pidiendo no es un capricho, eso también es importante.”
Sobre esto, Nouvel advierte que “cuando empiezan a hacer estos movimientos de volver a las oficinas, piensan en relaciones costo-beneficio. El mayor costo es perder el talento, además del costo de productividad. Se va un montón de información, experiencia y know how con esa persona a la cual pierdes porque la obligaste a volver”.
Garantizar este tipo de condiciones resulta beneficioso hasta para las mismas empresas que deciden mantener sus ofertas de home office. Pues terminarán por ser elegidas por los profesionales que opten cambiar de empleo debido a que sus empresas se aferran a un regreso total del modelo presencial.
“Hay beneficios mayores de resiliencia y productividad para las empresas que ahora hacen el trabajo remoto en serio. Realmente todos tienen por ganar, pero demanda un cambio de mentalidad y una manera distinta de entender el trabajo, eso sí que es importante de hacer porque no sucede por accidente.”
Aunque un amplio número de empresas tuvieron que recurrir al home office en los últimos años, Nouvel recalca que:
En este sentido, también advierte que los países menos amigables con el home office por cuestiones burocráticas terminarán sufriendo frente a los que se están volviendo polos de atracción. Poniendo como ejemplo el caso de Portugal, donde se ha aprobado legislación tributaria favorable con tal de atraer a los trabajadores remotos.