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Con un equipo bien parado y un arquero sobresaliente, así fue como el equipo cementero pudo conseguir la ventaja en Torreón
Meter dos goles y recibir un tercero de regalo como visitante, además de jugar con el flamante primer portero de la Selección Nacional, permite al Cruz Azul saborear caprichosamente una final capitalina contra el aventajado América.
Una vez más el gol de visitante hizo prender el espectáculo del rival en terreno enemigo, como La Máquina que logró derrotar con autoridad por 3-0 al Santos en el juego de Ida de la Semifinal del Clausura 2013.
Con un equipo bien parado y un arquero sobresaliente, así fue como el equipo cementero pudo conseguir un valioso resultado que hace soñar a los capitalinos con un enfrentamiento final como no se ha visto desde la temporada larga 1988-89.
Apenas silbó el árbitro para el inicio del encuentro en el Estadio Corona y el marcador se movió a favor de los celestes, cuando al minuto 2’ vino un testerazo de Gerardo Flores luego de un cobro de tiro libre de Christian Giménez, que marcó la pauta del juego.
Dispuesto a todo, el equipo de Memo Vázquez se plantó bien en todas sus líneas, sobre todo en la contención donde el trabajo sucio de los cementeros cortó de gran forma los avances del cuadro de Pedro Caixinha.
Pero además de buen juego, Cruz Azul tuvo festejo y baile tras el riflazo que al 24’ Pablo Barrera consiguió desde fuera del área para vencer majestuosamente al arquero Oswaldo Sánchez, permitiéndose la tarjeta amarilla por despojarse de su playera al ir a festejar a la banca.
Santos buscó hacer lo propio y no dejarse humillar en su propia cancha, pero de no ser porque Corona atajó disparos quemantes en un par de ocasiones, estos habrían celebrado también sus ganas de querer estar en la Final de la próxima semana.
El juego peligroso y de alto roce llevó a los jugadores de ambos bandos a disputar cada pelota a muerte, lo malo para La Máquina fue el susto que se llevaron cuando a Christian “Chaco” Giménez se le atoró la pierna izquierda, se le dobló casi al subirse a ella y salió por momentos adolorido.
La adrenalina quizá le permitió volver al campo con muchas ganas de agrandar el resultado, sin pensar en que Santos se clavaría una tercera daga por conducto del autogol.
Fue al 88’ cuando Rafael Figueroa cometió el garrafal error de meter la pelota en su arco luego de que Alejandro Vela bajara un pase en el área que “Rafa” intentó despejar pero que terminó en su arco.
Santos fue incisivo sobre el final del encuentro, sin embargo irá el sábado al Estadio Azul por la heróica meta de anotar cuatro y que no le anoten más.
