La leve esperanza que había por ver a la Selección Mexicana en los Octavos de Final creció al máximo con los goles de Henry Martín y Luis Chávez. Luego, se sufrió, hubo coraje por las otras anotaciones anuladas y, al final, tras el gol de Arabia, llegó la decepción mexicana y el “chin… a su madre”.
La afición reunida en el Monumento a la Revolución, en el FAN FEST, vivió un mar de emociones. Pasó de la incredulidad al frenesí tricolor; sin embargo, los gritos de frustración terminaron siendo los protagonistas.
Antes de comenzar el duelo, Oribe Peralta, quien tantas veces brilló con el equipo tricolor, vaticinó un marcador de 2-0 favorable al equipo nacional.
Dicho resultado, que alcanzaba México en la segunda parte, no era suficiente para avanzar, a pesar de que Argentina también ganaba 2-0 a Polonia y la diferencia de goles entre México y los europeos era la misma.
Sin embargo, por el tema de tarjetas amarillas los liderados por Robert Lewandowski seguían instalados en los Octavos de Final.
El drama estaba a todo lo que da. “México, México”, coreaban miles de aficionados, quienes mentaron madres con los dos goles anulados por fuera de lugar.
El “árbitro ratero”, el “cule…”, se hizo presente y hasta el grito prohibido cuando portero árabe realizaba un despegue.
Otros decían “pinche Messi”, el astro argentino que falló un penalti en el primer tiempo.
Luego, vinieron los cambios y abuchearon la entrada de Raúl Jiménez, quien ha pasado de ser figura del equipo, a uno de los “culpables” por la eliminación tricolor, por no ceder su lugar a Santiago Giménez, joven del Feyenoord que se quedó fuera de la lista de convocados.
Y llegó el minuto 90, el tiempo añadido, la desesperación se veía dentro y fuera de la cancha, y cuando el partido agonizaba, llegó el gol del árabe Aldawsari al 90+5 terminó con la ilusión y una vez más, ahora desde la Fase de Grupos, la Selección Mexicana se convirtió en “Decepción Mexicana”.
Aún no terminaba el juego y el grueso de aficionados abandonó el FAN Fest, que tenia programado un concierto de Mi Banda El Mexicano, al término del encuentro. Solo unos cuantos se quedaron.
La mayoría se fueron, mientras a la salida del inmueble un vendedor ambulante, con un altavoz decía: “cómprenme una playera, como si quisieran a estos güeyes”…