Una vez más acontece y es un problema sin fin, pero esta vez los involucrados no solamente fueron aficionados.
Veracruz por no preparar un buen dispositivo de seguridad, jugadores por incitar y la Federación Mexicana de Futbol por ser flexible en su reglamento, incluso los medios por hacer del futbol algo más que un deporte y los inadaptados que se refugian en el anonimato de las barras, son quienes colaboraron para que el futbol mexicano viviera un nuevo episodio de violencia.
El viernes pasado, momentos de tensión acontecieron cuando hinchas de los Tiburones Rojos se enfrascaron en una riña sobre las gradas del “Pirata” Fuente contra seguidores de Tigres.
El colmo fue la nula presencia policiaca por parte de efectivos locales, a quienes el técnico de Tigres, Ricardo Ferretti, les recriminó.
“Manda más gente allá”, gritó el Tuca a un oficial de manera impotente, al ver cómo uno de los hinchas visitantes era vapuleado en la parte alta del inmueble.
Sin embargo, Ferretti perdió los estribos y amenazó al graderío escualo: “cuando vayan allá (Estadio Universitario) van a ver”, todo esto mientras la gresca continuaba en las tribunas.
Las versiones de cómo comenzó todo son encontradas: los hinchas de Tigres aseguraron que fueron los aficionados locales quienes arremetieron contra ellos luego del tercer gol de Jürgen Damm, que decretó el triunfo felino.
“La violencia la empezó ni siquiera la barra de Veracruz, fue la afición familiar de ellos muchos en estado de ebriedad, pero son “familia””, publicó a través de Twitter Samuel Reyes, líder de “Libres y Lokos”, barra auriazul.
Mientras que los aficionados al Veracruz indicaron que fueron los simpatizantes visitantes quienes comenzaron a golpear a una porra familiar cercana, situación que motivó a la “Barra 47”, grupo de animación del Tiburón, para salir en defensa, como lo confirmó Fidel Kuri Grajales, propietario del club.
En imágenes trascendidas a través de redes sociales, se observa cómo integrantes de la porra del Veracruz se trasladan de una cabecera a otra, sin restricción de seguridad, para intercambiar golpes con los seguidores de Tigres.
Kuri responsabilizó al gobierno del estado y también al municipio de Boca del Río, sede del Luis “Pirata” Fuente, por la falta de efectivos policiacos
“La policía que yo contrato es la policía que manda el gobierno y el secretario de seguridad pública no tiene ningún interés. No les interesa realmente la seguridad de las personas aquí en el estadio”, explicó Kuri a ESPN, además de acusar al delantero francés, André-Pierre Gignac, de incitar a los aficionados locales con su festejo en el primer gol, aunque el ariete aclaró que la dedicatoria era para su familia, presente en el estadio.
“Se ve en los videos que va a festejarle y a incitar a la porra. Yo meto el gol y me voy a la porra de Tigres, sin embargo va y lo hace ahí”, indicó el dueño de los Tiburones.
Por si fuera poco, en redes sociales circula un video de un aficionado del Veracruz que aparentemente consumía drogas dentro del estadio, mientras que el mediocampista de Tigres, Jesús Dueñas, sufrió una cortada en su antebrazo izquierdo producto de un botellazo.
Sanciones
De acuerdo al artículo 51 del Reglamento de Sanciones de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), las sanciones que se hace acreedor el club local por la conducta impropia de grupos de animación y el público general, es una multa de 200 a 2,000 UMAs, pudiendo llegar incluso al veto de estadio, según lo determine la Comisión Disciplinaria de la FMF.
Y también en Morelia
Un día posterior a los incidentes en Veracruz, Rubens Sambueza también fue víctima de la violencia durante el encuentro entre Toluca y Morelia.
Al momento que el jugador se encontraba tirado sobre el césped, un envase de cerveza fue arrojado desde la tribuna del Estadio Morelos y casi impacta sobre la cabeza del futbolista, quien inmediatamente consignó el hecho al árbitro central, César Ramos.
¿Qué hizo Europa?
Durante muchos años, Europa no estuvo exento de violencia en los estadios, principalmente en Inglaterra.
En al década de los 80, con el fenómeno de los hooligans en apogeo, el gobierno de Margaret Thatcher implementó algunas medidas que cambiaron para siempre el futbol organizado en la isla británica.
Después de la tragedia de Hillsborough, donde 96 hinchas del Liverpool perdieron la vida debido a una avalancha humana durante un juego de semifinal de la FA Cup ante el Nottingham Forest, en 1989, la primer ministro ordenó la desapareción del alambrado de los estadios ingleses y reforzó la seguridad interna con cámaras de circuito cerrado.
Además, los clubes de la Primera División fueron obligados a embutacar sus estadios y modernizarlos con extremas medidas de seguridad, lo que dio paso a una nueva era con la Liga Premier como se conoce hoy en día.
Anterior a esa medidas, la FIFA habían castigado a los clubes ingleses por cinco años, lapso en donde no disputaron ninguna competición europea, en consecuencia a la tragedia de Heysel, en 1985, donde hinchas en su mayoría de la Juventus perdieron la vida tras una avalancha humana provocada por aficionados del Liverpool.
Los “Reds” y la “Juve” disputaban la Final de la Copa de Europa en Bruselas, Bélgica.
Como antecedente reciente, en la pasada Eurocopa de Francia se desataron algunas riñas provocadas por hooligans ingleses y rusos en el Estadio Velódromo, en Marsella, durante un partido de fase de grupos.