Cuando parecía que la sorpresa se consumaría, el equipo de basquetbol de Estados Unidos anotó seis puntos en dos segundos. Así, de un plumazo, cuando estaba con la soga en el cuello, enderezó el rumbo y está en otra Final por el oro de Juegos Olímpicos.
Stephen Curry firmó 36 puntos, incluyendo el triple que les dio la ventaja definitiva con 2:16 por jugar, y gracias a él los estadounidenses buscarán el oro en los Juegos de París 2024 tras vencer el jueves 95-91 a Serbia.
We don’t play for Bronze.
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— USA Basketball (@usabasketball) August 8, 2024
Estados Unidos llegó a estar abajo por 17 puntos en el primer tiempo y se fueron al descanso con un déficit de 11, el mayor que la selección ha podido revertir desde que empezó a convocar a los astros de la NBA en 1992.
Serbia iba al mando por 11 con 7:19 en el reloj. El resto fue todo de Estados Unidos.
La Final tendrá a Estados Unidos y la anfitriona Francia como protagonistas la noche del sábado. Serbia jugará contra Alemania por el bronce.
El partido dio un vuelco total en el cuarto periodo en una loca secuencia en la que Estados Unidos anotó seis puntos en dos segundos.
Kevin Durant coló un triple al mismo tiempo que su compañero Anthony Davis recibía una falta. Estados Unidos recibió otra posesión y Devin Booker, tras recibir el pase, metió otro triple.
En un abrir y cerrar de ojos, la que era una ventaja 78-67 para Serbia quedó en 78-73.
La remontada estaba en marcha y el triple de Curry puso a Estados Unidos arriba definitivamente. También coló un par de tiros libres con 8.2 segundos por jugar y Estados Unidos finalmente respiró con tranquilidad.
Segunda Final al hilo
En el otro juego Isaia Cordinier añadió 16 puntos y Victor Wembanyama facturó 11 unidades con siete rebotes para que los franceses, ganadores de la medalla de plata en Tokio hace tres años, alcanzaran su segunda Final olímpica consecutiva tras vencer 73-69 a Alemania.
La victoria desató el júbilo del público. Los jugadores franceses estrecharon la mano de sus rivales antes de correr hacia uno de los aros y saludar al público, que elevó los decibeles de su aclamación.
“Esta noche fue una locura”, dijo Nicolas Batum. “No puedo imaginar cómo va a ser el sábado. Estoy ansioso por verlo”.
