FóRMULA 1
‘Vámonos al club nocturno’, dice Verstappen a ‘Checo’ y Leclerc
Max Verstappen ganó este domingo su décimo octava carrera de la temporada de Fórmula 1 y a pesar de ser uno de los más críticos a esta carrera, al final, el neerlandés gritó: “¡Viva Las Vegas!” y lo primero que pensó fue irse de fiesta.
“Vamos directos al club nocturno”, dijo Verstappen a Charles Leclerc y el mexicano Sergio Pérez, quienes fueron conducidos al podio en una limusina y luego de que Justin Bieber ondeara la bandera a cuadros.
Pese a las quejas de un inicio, el Gran Premio de Las Vegas resultó ser uno de los más competitivos de la temporada pese a un inicio desastroso.
Verstappen, quien había criticado la carrera en todas las ocasiones que tuvo, corrió con un traje inspirado en Elvis y se llevó la victoria en el Strip de Las Vegas, una famosa zona de hoteles y casinos en la ciudad.
En la largada, el holandés obligó a Leclerc a salir de la pista al adelantarle, y aunque Leclerc reclamó que se forzara a Verstappen a devolver la posición, solo se le impuso una sanción de cinco segundos.
La misma, la cumplió el neerlandés durante una parada posterior, pero su Red Bull era tan potente que se mantuvo en la pugna toda la carrera.
Leclerc adelantó a Sergio Pérez para ponerse en cabeza a falta de 17 vueltas, y tres giros después, Verstappen adelantó a su compañero para colocarse segundo.
Él y Pérez colaboraron para que Max pudiera alcanzar a Leclerc a 13 vueltas del final.
Pérez había conseguido ponerse en segunda posición, pero Leclerc la recuperó al final y negó a Red Bull su séptimo podio ‘1-2’ de la temporada.
“Tenía muchas ganas de ganar”, se lamentó Leclerc. “Pero qué carrera. Sinceramente, no queda nada”.
Fue de menos a más
El Gran Premio de Las Vegas fue la tercera carrera de la temporada en Estados Unidos, más que cualquier otro país, impulsada por la F1 y el grupo al que pertenece, Liberty Media.
Pero el evento fue criticado por su opulencia y sus excesos. Los boletos eran caros, los hoteles a lo largo de la famosa Strip subieron sus precios y el elemento deportivo quedó en un segundo plano.
Liberty esperaba gastar 500 millones de dólares en el primer Gran Premio que impulsó por iniciativa propia, pero las especulaciones en el paddock antes de la carrera del sábado eran que había rebasado con creces su presupuesto.
Vale decir que todo estuvo a punto de desmoronarse a los nueve minutos de la primera sesión de entrenamientos, cuando Carlos Sainz Jr. pasó sobre una alcantarilla en la pista que causó graves daños en su Ferrari, y hubo que cerrar el circuito de 6.2 kilómetros para revisarlo.
Los aficionados se vieron obligados a marcharse 01:30 horas del viernes tras presenciar apenas nueve minutos de actividad.
Ante ello, se presentó una demanda colectiva contra el Gran Premio de Las Vegas.
Eso hizo crucial para la F1 ofrecer una buena carrera el sábado por la noche, y aunque fue la sexta victoria consecutiva de Verstappen, fue uno de los eventos más animados de la temporada.