Un Santo problema
Salir de la mala racha que viven y levantar el vuelo en el arranque de la Semana 12, no será nada fácil para los Halcones de Atlanta.
El equipo que dirige el coach Mike Smith enfrentará a las 19:25 horas, tiempo de México en el Georgia Dome, a unos Santos de Nueva Orleans que encabezan la División Sur de la Conferencia Nacional con marca de 8-2, y que tienen un promedio de 28.8 puntos por partido.
Con dos victorias consecutivas, los Santos aparecen como favoritos en las casas de apuestas para llevarse el triunfo y alargar su buen momento.
Indigo Staffhttp://www.youtube.com/watch?v=d5GzltjPSl8
Salir de la mala racha que viven y levantar el vuelo en el arranque de la Semana 12, no será nada fácil para los Halcones de Atlanta.
El equipo que dirige el coach Mike Smith enfrentará a las 19:25 horas, tiempo de México en el Georgia Dome, a unos Santos de Nueva Orleans que encabezan la División Sur de la Conferencia Nacional con marca de 8-2, y que tienen un promedio de 28.8 puntos por partido.
Con dos victorias consecutivas, los Santos aparecen como favoritos en las casas de apuestas para llevarse el triunfo y alargar su buen momento.
La causa por la que Nueva Orleans es el candidato para llevarse la victoria, no es solo el lucir superior a los Halcones en todos los departamentos, sino a la mala racha que viven los de Atlanta.
El equipo lleva cuatro derrotas al hilo y ha perdido siete de los últimos ocho juegos, incluyendo el del domingo ante Tampa Bay por 41-28.
Su defensa luce como una de las más débiles de la Liga, les han anotado 292 puntos hasta el momento y el fin de semana pasado le permitieron 410 yardas totales a los Bucaneros.
A la ofensiva, los Halcones tampoco han tenido mucha suerte. Promedian 21.4 puntos por partido y su mariscal, Matt Ryan ha lanzado 18 pases de anotación, además de haber sufrido 12 intercepciones.
Ambos equipos se enfrentaron en el arranque de la temporada, y Nueva Orleans se llevó la victoria por 23-17.
Atlanta parece estar metido en un “santo problema”, el cual podría hundirlos aún más en el fondo de su división.