Hablar de la FIFA en este momento, es internarse en una maraña de dudas, conflictos y serios cuestionamientos contra cualquiera de sus agremiados. Particularmente sobre quienes dirigen o han dirigido este órgano rector del futbol mundial.
Con más miembros que la misma ONU, la Federación Internacional de Futbol Asociación atraviesa hoy más que nunca por una crisis de reputación que los escándalos no le permiten descansar.
Encabezados en los medios internacionales han dado cuenta de los manejos, arreglos y despojos que han maltratado una imagen que se vende cara a nivel mundial.
La más reciente cloaca destapada: los actos de corrupción y sobornos recibidos por el ex presidente, Joao Havelange, quien junto a Ricardo Teixeira manejaron grandes cantidades de dólares por ceder derechos de transmisión de varios mundiales.
Durante los 24 años de mandato del brasileño se suscitaron arreglos para elegir las sedes mundialistas y las elecciones presidenciales, acto que en el presente 2012 solo se alcanza a juzgar mentalmente por los seguidores del futbol y no por la propia Federación.
“No está dentro de mis competencias llamarlo a rendir cuentas. El Congreso lo nombró presidente honorario y solo el congreso podrá decidir sobre su futuro”, dijo ayer Joseph Blatter respecto a los últimos informes.
Es fácil recordar controversias recientes de este organismo. Como cuando en la elección de Qatar como sede del Mundial de Futbol de 2022, se supo por medio de un correo electrónico de la FIFA que también hubo arreglos para darle el evento a este país.
El dinero fácil a cambio de favores llegó también a las elecciones presidenciales de mayo de 2011, cuando se descubrió que Mohamed Bin Hammam, dirigente de la Confederación Asiática, ofreció 40 mil dólares en regalos a las federaciones nacionales con tal de desbancar a Joseph Blatter en su reelección.
La vergüenza mundial ya le alcanzó a los actuales dirigentes. Por ello reforzarán la justicia en las federaciones de la mano de dos presidentes que sean colocados al frente de sistemas de instrucción y decisión.
Según Transparencia Internacional, organización dedicada a combatir la corrupción política, la FIFA necesita cambios en su cultura y espíritu internos, detalles en los que jamás han reflejado atención.
La postura de quienes siguen el futbol desde afuera es una apreciación sobre falta de moral, ética y credibilidad, pero a pesar de todo esto no ha existido el momento en que se deje de usar la estructura de la FIFA como negocio redondo, y en la cual por años han salido muchos beneficiados.
FIFA sumida en escándalos
Otro caso de sobornos
El ex presidente de la FIFA Joao Havelange y el ex miembro del comité ejecutivo Ricardo Teixeira aceptaron sobornos multimillonarios por acuerdos sobre Mundiales y que autoridades de la entidad no hicieron nada al respecto.
Sombra de la corrupción
Jerome Valcke, secretario general, confirmó en un correo electrónico a Jack Warner, ex dirigente de Concacaf, sobre una supuesta compra de votos para que Qatar consiguiera la sede del Mundial de Futbol de 2022.
Compra de votos
FIFA suspendió de por vida a Mohamed Bin Hammam, presidente de la Confederación Asiática, tras ser hallado culpable de comprar votos de funcionarios caribeños para la elección presidencial en la que era candidato.
¿ELECCIONES DEMOCRÁTICAS?
Con 186 votos a favor y solamente 17 en contra, el suizo Joseph Blatter se ganó su cuarto mandato al frente de FIFA en las elecciones del uno de junio del año pasado.
Pero quedó claro que los aficionados y gente de futbol no quedaron conformes con esta medida, ya que en las elecciones solamente Blatter se presentó como candidato.
En un principio el qatarí Mohamed Bin Hammam se había postulado como aspirante para la presidencia, pero finalmente se retractó por ser investigado por intentos de soborno, dejándole el camino libre a Blatter.
Ver la papeleta de votación con solamente el nombre del suizo para ser reelegido fue algo que no dejó muy contentos a los afiliados, quienes no tenían otra opción más que darle otro periodo de cuatro años al presidente.
Las redes sociales, como ha sucedido en los últimos años, tuvieron su peso. El hashtag #blatterout y la cuenta de Twitter @changeFIFA, demostraron la inconformidad de los aficionados de todo el mundo en la forma en que se maneja actualmente a la asociación y la falta de credibilidad en la que ha caído tras los recientes escándalos.
En su discurso para agradecer la reelección que era inminente tras no tener contrincante, Blatter prometió reformas, así como llevar a FIFA por aguas transparentes, tal parece que aún no consigue su objetivo.
El paraíso del futbol, donde se cuenta con más países afiliados que la propia ONU, donde se tiene una solvencia económica mejor que la de cualquier nación del primer mundo y en el que aparentemente reinaba la democracia, hoy sufre problemas que están muy lejos de desaparecer.