Un enemigo ardiente

El calor se ha convertido en otro rival de los tenistas que participan en el primer grand slam de la temporada
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Enfrentar a rivales que buscan victorias para escalar posiciones en el ranking y sumar puntos que les ayuden a clasificar a otros torneos importantes no es lo único que tienen que superar los participantes del Abierto de Australia.

Tantos hombres como mujeres que compiten en este primer Grand Slam del año, tienen que lidiar con las altas temperaturas que se registran en el verano de Melbourne.

En los últimos dos días, se han alcanzado los 39 grados centígrados, haciendo un verdadero calvario las canchas y los partidos.

“Si no puedo tomarme más de 25 segundos entre punto y punto, voy a colapsar. No importa cuánto entrenes en el calor, cuánto te guste el calor. Esto es muy duro. Se hacía difícil respirar”, comentó el tenista francés Gael Monfils.

Algunos aficionados coincidieron en que no debían de jugarse los partidos cuando el calor era demasiado intenso, situación que obligó al comité organizador del Abierto australiano a dar una explicación a través de su cuenta de Twitter.

“La salud de nuestros jugadores es una preocupación fundamental y estamos monitoreando las condiciones en forma permanente. Esperemos que refresque un poco”, informaron los responsables del evento.

Los jueces tienen la autoridad para suspender partidos y cerrar las cubiertas de los estadios si las condiciones son extremas, pero aún no ha sucedido nada de esto.

Por lo pronto, los y las tenistas tendrán que lidiar con este otro “rival” en las canchas, uno que se vuelve más ardiente, pesado y desgastante conforme avanzan los partidos.

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