El sueño que rodeaba la Superliga China se convirtió en pesadilla, debido a la inversión insostenible que hicieron por impulsar el futbol con las mejores estrellas del balompié internacional.
La crisis inmobiliaria en el país, más la pandemia de COVID-19, terminó por sepultar la aspiración de que su futbol se convirtiera en una potencia, luego de que el Gobierno de Xi Jinping invirtió miles de millones de euros en infraestructura y en los 16 equipos, con la meta de recibir el Mundial, como plazo máximo, en 2050.
No es por la pandemia, en este mercado 18/19 de los 15 fichajes más caros solo 3 son de la Liga, 8 de la Premier, 2 de la Serie A, 1 de la Ligue 1 y 1 de la Superliga China.
En España no hay dinero porque el reparto televisivo es malo. Mientras en la Premier con pandemia… pic.twitter.com/ODgaalq4Zz
— STΞVΞ ЯФGΞЯS | ⚡️ (@SteveMadRogers) August 1, 2021
“Era un gasto insostenible, pero también la crisis inmobiliaria golpeó al balompié: en China, 12 de los 16 equipos de la competición tenían accionistas que pertenecían a este sector”, explicó Ricardo Gúdel, doctor en la internacionalización y desarrollo de la industria del futbol en Asia y profesor de la Universidad de Valladolid, a Palco23.
En 2011, la Superliga China dio el primer golpe: convirtió a Darío Conca en el jugador mejor pagado del mundo con 11 millones de euros anuales, tras emigrar del Fluminense de Brasil al Guangzhou Evergrande. El impacto fue tan grande debido a que desplazó a Lionel Messi en ese rubro.
Con ese movimiento, arrancó el plan estratégico del gigante asiático para que su futbol alcanzara otro nivel. A partir de ese momento comenzaron a llegar estrellas como Didier Drogba, Ezequiel Lavezzi, Nicolás Anelka y Tim Cahill.
Para 2016, la Superliga invirtió 40 millones de euros en solo 14 fichajes, entre ellos Jackson Martínez, Oscar y Hulk, quien sorprendió al decidir marcharse a China, tras la gran temporada que había hecho en el Zenit de Rusia. Su destino fue el Shanghai SIPG a cambio de 20 millones de euros por año.
⚽️Carlos Tévez dice no estar feliz jugando en la Superliga China
📰Al tiempo varios medios lo colocan como el gran fracaso de la temporada pic.twitter.com/ZIe086K7uh
— Mafer Alonso (@MafeAlonsoo) October 23, 2017
Asimismo, las grandes empresas comenzaron a invertir dentro y fuera del país, e incluso algunas se convirtieron en patrocinadores de la FIFA. No obstante, poco tiempo después, tanto el gobierno como las empresas entendieron que el impulso del deporte requería una mejor estrategia; sin embargo, ya era demasiado tarde.
El COVID-19 fue la estocada: los partidos a puerta cerrada y el desinterés de la afición, terminaron por sepultar la aspiración de convertir el futbol chino en potencia. Guangzhou Evergrande acumuló un déficit de 270 millones de euros.
De acuerdo con el sitio especializado chino Sixth Tone, en 2021, 12 de los 16 equipos que componían la liga tenían deudas con los jugadores. Un año después, el equipo más ganador y que había alzado el título en siete ocasiones seguidas, el Guangzhou Evergrande, descendió a la segunda división. Este hecho marcó el quiebre del futbol en el país.