El sueño mundialista del portero de Irán, forjado entre ovejas y la indigencia

Alireza Safar Beiranvand se desempeña como guardameta en el Persépolis FC de la Iran Pro League.​ En 2017, se convirtió en el primer iraní en ser nominado para el premio The Best FIFA

Alireza Beiranvand es uno de los mejores porteros de Asia y es el titular del marco de Irán, equipo que sorprendió al sumar tres puntos a costa de Marruecos y que intentará seguir sorprendiendo cuando se mida a España.

El guardameta tuvo el sueño desde niño de ser futbolista aunque es idea estuviera totalmente lejos de su realidad, al vivir en un pueblo rural de su país, donde su familia se dedicaba a pastorear ganado de forma nómada.

Entre ovejas y praderas Beiranvand aprovechaba los momentos libres para sacar su balón e imaginarse conquistando al público en un estadio con sus mejores jugadas. Pero su padre pensaba lo contrario y quería que su hijo fuera productivo para la familia, por lo que le escondía los zapatos y el balón para quitarle la idea del futbol y aceptara su destino como pastor.

Pero el portero iraní lucho contra eso y a los 15 años se fue a la capital de su país, Teheran, donde llegó con el equivalente a 200 pesos mexicanos para buscar una oportunidad en el deporte que amaba desde entonces.

Alcanzar la meta no fue fácil, sin dinero no podía entrar a las pruebas por el costo, además, tuvo que dormir en la calle mientras trabajaba como repartidor de pizza, mozo de sastre y barrendero.

En 2011 llegó la oportunidad deseada, el equipo Naft le dio la oportunidad de mostrarse y desde entonces forjó una carrera exitosa que le ha permitido ser un ídolo en su país y ser considerado por FIFA entre los mejores de su posición.

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