Se queda solo
Desde su pelea contra el cáncer en los años 90, Lance Armstrong no vivía un momento tan difícil fuera del deporte como el que atraviesa ahora, en el que su nombre e historia parecen rodar por los suelos.
Indigo Staff
Desde su pelea contra el cáncer en los años 90, Lance Armstrong no vivía un momento tan difícil fuera del deporte como el que atraviesa ahora, en el que su nombre e historia parecen rodar por los suelos.
Si el lunes la televisión australiana transmitió un reportaje con el ciclista neozelandés Stephen Swart, quien aseguró que Armstrong compró tres etapas del circuito de Estados Unidos en 1993 por 50 mil dólares y se ponía una piedra más en las acusaciones contra el estadounidense, ayer las cosas tomaron tintes de un verdadero desastre para el siete veces campeón del Tour de Francia.
La firma Nike, fiel patrocinador de Lance y un apoyo económico poderoso, anunció por medio de un comunicado la ruptura definitiva de su relación con el ex ciclista tras las acusaciones de dopaje que se levantan sobre él.
“Debido a la evidencia aparentemente insuperable de que Lance Armstrong participó en el dopaje y lleva engañando a Nike desde hace más de una década, terminamos nuestro contrato con gran tristeza. Nike no aconseja el uso de drogas ilegales para mejorar el rendimiento de ninguna manera”, se leía en el documento de la empresa de ropa deportiva.
La semana pasada, Nike explicó que pensaba mantener su apoyo a Armstrong e incluso anunció el patrocinio de futbol americano organizado por Livestrong. “Él ha declarado su inocencia y por eso planeamos seguir apoyando a Lance y su Fundación, una organización creada por Armstrong para servir a los que han sufrido el cáncer”, expresó entonces la marca.
Este cambio de rumbo llega después de que el New York Daily News aseguró que Nike supuestamente entregó 500 mil dólares a la Unión Ciclista Internacional (UCI) para que el organismo ocultara un resultado positivo en un control antidopaje, algo que la compañía habría negado.