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En su primer año en la NHL, Scott Gómez fue nominado al premio de novato del año, además de ganar la Calder Trophy y la Stanley Cup
Hasta en las frías y congeladas canchas donde se practica el hockey, puede contarse a un deportista con sangre mexicana presente.
Si bien las disciplinas de invierno no son practicadas comúnmente en nuestro país, hoy el hockey sobre hielo tiene más seguidores y deportistas que lo practican, al grado de que podemos presumir a dos mexicoamericanos que podrían pasar como representantes aztecas en la Liga Nacional de Hockey (NHL).
Scott Gómez y Raffi Torres, el primero de Alaska, de padre mexicano y madre colombiana; y el otro nacido en Canadá, de padre mexicano y madre peruana, son los jugadores con sangre azteca que patinan en la mejor liga de este deporte.
Gómez, hijo de un albañil que llegó a California a finales de los 70, fue el primer jugador con ascendencia latina en la historia de la NHL. Fue seleccionado por los Devils de Nueva Jersey en el draft de 1999.
En su primer año este jugador de 1.80 metros de estatura, fue nominado al novato del año, ganó la Calder Trophy y fue Campeón de la Stanley Cup.
Después de militar con los, NY Rangers, Montreal Canadiens, San José Sharks y Florida Panthers, actualmente está de regreso en el equipo de sus orígenes, los Devils.
Gómez también conquistó la medalla de bronce en el Mundial de Hockey del 2004 celebrado en la República Checa.
Torres juega en los San José Sharks. Es hijo de dos latinos que en 1970 buscaron el sueño americano y después apoyaron su carrera para llegar a la NHL.
Raffi entiende y habla a la perfección el español a diferencia de Gómez, quien solo lo entiende pero casi no lo habla. Incluso, Torres lleva una marca permanente en su piel con un tatuaje del águila azteca en su brazo izquierdo.
Gómez y Torres son los que llevan la sangre mexicana en la liga profesional de hockey de los Estados Unidos, con la esperanza de ver después a más mexicanos disputando un puesto en esta liga.