Los Jets olvidaron por un momento que Aaron Rodgers podría quedar fuera el resto de la temporada y festejaron en grande una victoria, 22-16, ante unos Bills de Buffalo que tuvieron en su quarterback Josh Allen a su peor enemigo.
Los aficionados al equipo de Nueva York llegaron al MetLife Stadium llenos de ilusión pues este juego marcaba el debut del veterano pasador, cuatro veces MVP, con los Jets.
What a moment for Xavier Gipson in his first NFL game 🙌 @Gipson22X #BUFvsNYJ pic.twitter.com/FUQNhOFHkH
— NFL (@NFL) September 12, 2023
Pero el gusto les duró apenas cuatro jugadas. Tras ser derribado por el defensivo Leonard Floyd, el pasador intentó levantarse, pero sabía que algo estaba mal y volvió al césped artificial para, posteriormente ser ayudado a salir.
Rodgers se fue a los vestidores, no volvió al partido y se le vio utilizando una bota ortopédica en la pierna izquierda.
Mientras, en el emparrillado, Buffalo ganaba 13-3 al medio tiempo y parecía tener el control del partido, pues enfrente esta liderando Zach Wilson.
Así se gestó la victoria de Jets
Sin embargo, la defensiva de los Jets asumió el rol de protagonista y secó al ataque de los Bills e interceptó tres veces a Allen.
Así, para el último cuarto, el marcador era 13-6 y el quarterback sustituto de los Jets finalmente logró un ataque decente, que culminó con un pase de anotación de tres yardas a Garrett Wilson para emparejar las cosas.
Posteriormente, tras un fumble de Allen, los Jets dieron la vuelta con un gol de campo de Greg Zuerlein de 3o yardas con 1:48 por jugar, pero Tyler Bass, con un intento de 50 lo mandó a la prórroga.
Ahí, Allen tuvo la oportunidad de redimirse; sin embargo, la defensiva lo volvió a detener y vino la patada de despeje que tomó el novato Xavier Gipson, quien se escapó 65 yardas para conseguir la anotación decisiva para hacer explotar el graderío.
Por un momento, los Jets volaron alto, aunque sin Rodgers será complicado que lo sigan haciendo.
Al final, el entrenador de NY, Robert Saleh, dijo que la lesión de Rodgers era en el tendón de Aquiles y que “no se ve bien”. Al quarterback de 39 años se le realizará este martes una resonancia magnética para confirmar lo que temen saber de antemano: que estará fuera de circulación, quizá, varios meses.