¿Quién es Carlos Sansores?

El taekwondoín se fue con un mal sabor de su debut olímpico en Tokio; ahora, en su segunda justa, quiere demostrar la calidad que lo llevó al campeonato del mundo en 2022 y panamericano en 2023
Francisco Sánchez Francisco Sánchez Publicado el
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Hace tres años, Carlos Sansores se presentó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, realizados en 2021 por la pandemia de COVID-19, con el objetivo de mantener la “tradición” impuesta por el taekwondo mexicano desde la justa de Sydney 2000 y obtener una medalla.

Sin embargo, en su primer combate cayó ante Ivan Sapina de Croacia. Así, se diluyó rápidamente la ilusión de unirse al selecto grupo que conforman Víctor Estrada, los hermanos Óscar e Iridia Salazar, Guillermo Pérez y, sobre todo María del Rosario Espinoza, quien no ganó una, sino tres presas en justas veraniegas.

Pero este mal resultado no lo apartó del objetivo y en 2022, en el Mundial de Taekwondo de Guadalajara, se consagró como campeón del orbe en la categoría de los +87 kilogramos. Hoy, considera que sigue siendo su logro más importante y el más especial.

“La más emotiva o la más importante en mi carrera deportiva fue la medalla mundial de Guadalajara, en donde me convertí en campeón del mundo… No solo me pudo ver toda la gente que me apoya, también pudo estar presente toda mi familia”, recordó en marzo pasado el llamado “Gigante del TKD mexicano” en una entrevista con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

Un año después, en 2023, Carlos no pudo refrendar el título en la justa de Bakú, Azerbaiyán; sin embargo, logró la medalla de plata y en los pasados Juegos Panamericanos de Santiago 2023 se llevó la medalla de oro.

Asimismo, en diciembre pasado, durante el Grand Prix de Manchester, el oriundo de Cancún, Quintana Roo, logró su clasificación a la justa en la capital gala gracias al ranking mundial, pues en aquel momento se ubicó segundo tras avanzar a los Octavos de final de la competencia.

Al final, cayó en la ronda de Cuartos ante el brasileño Maicon Siqueira, quien se llevó la plata. Sin embargo, la misión ya estaba hecha.

“Me siento muy contento de poder asistir a mis segundos Juegos Olímpicos… Ya se preveía este resultado, ya que gracias a los cálculos que hicimos de competencias, pudimos sumar el mayor puntaje posible, así que esta competencia fue de fogueo para lo que viene”.

Es por ello que tras un 2023 muy positivo, que incluso le llevó a ganar el Premio Nacional de Deportes, Sansores se presentará en el tatami de la competencia en Francia como una apuesta de medalla para México.

‘Lo primero es decretar’

En marzo pasado, a propósito de su clasificación olímpica, Sansores habló con la cadena ESPN y resaltó cómo la derrota en la pasada justa veraniega le cambió la mentalidad y hoy eso marca diferencia.

“Una de las cosas que me planteé es decretar lo que es. No voy obligado al resultado, pero sí lo decreto. Yo voy a ganar, independientemente de lo que pase, si la vida me escucha, ahí estará. Quiero esa medalla y voy a trabajar por ella”, admitió.

A sus 27 años, Sansores se dice motivado y con “la espinita” por lo ocurrido en Tokio. También admitió que, en algún momento, dudó de estar en París.

No sabía si iba a ir a estos Juegos Olímpicos, ésa es la realidad. No pensé en ser campeón mundial. Mientras llegues bien a competir, no esperas resultados, es pelea por pelea y ver cómo te sientes ahí”.

Una historia llena de sacrificio

Sansores comenzó en el taekwondo a los 11 años, gracias a que le dieron la oportunidad de entrenar gratis en una escuela de Chetumal, donde vivió gran parte de su infancia.

“Daban clases gratuitas a los hijos de policías; sin embargo, sin serlo, me dieron la oportunidad de entrenar”, compartió Carlos en entrevista con la Conade, donde también habló de su llegada a la Ciudad de México y de sus deseos por ayudar a su familia.

“Desde 2013 que llegué, no salí hasta diciembre de 2014. Estuve en el CNAR (Centro Nacional de Alto Rendimiento) todos los días de lunes a domingo; solo salía a las competencias… no estaba acostumbrado al entrenamiento de alto rendimiento ni a la altura porque soy de Cancún y allá el clima es muy tropical. Aquí es muy frío en noviembre y solo tenía una chamarra, realmente me costó muchísimo adaptarme.

“Quería salir adelante, ayudar mucho a mis papás. Sabía que entre más tiempo me quedara aquí, sería más ayuda para ellos… siempre tuve en mi mente que tenía que estar aquí y aprovechar todo lo que se podía para seguir manteniéndome en el CNAR. Este año cumpliré 11 años en la Ciudad de México y estoy muy agradecido con la vida porque me puso en el camino correcto”, recordó.

Vale decir que Carlos también recibió apoyo de una familia, los Rentería, que prácticamente lo acogieron como uno de los suyos.

“Estoy muy agradecido con la familia Rentería, porque ellos no solo me ayudaron a convivir, también a tener una perspectiva diferente de la vida. Ellos me regalaron mi primera ropa formal, los primeros zapatos para salir, me regalaron muchísimas cosas que les agradezco el día de hoy”.

Al final, y ya a unos días de la justa, Sansores comparte su modo de pensar: “Dios no te va a dar lo que quieres, sino lo que realmente mereces; si no es en la primera, viene algo más grande”. Ojalá.

Su familia lo inspira

El alto rendimiento no le ha impedido a Carlos Sansores formar su propia familia y en ella, dice, encuentra una nueva fuente de inspiración y motivación para dar fuerza a sus objetivos deportivos. “Tengo a mi esposa y a mis tres hijas, unas gemelas de cinco años y la más chiquita de dos. Entonces, el sacrificio más grande es seguir aquí entrenando por ellas, porque siguen creciendo y no puedo estar siempre presente”.

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