Tuvieron que pasar más de dos temporadas para que los Bengals supieran qué es lo que se siente tener una marca ganadora. Ahora, es momento de ratificarla el domingo.
El problema es que lo intentarán ante un Lamar Jackson al frente de unos Baltimore Ravens montados en una racha de cinco victorias. El desafío es enorme, pero también lo es la recompensa: el liderato de la División Norte de la Conferencia Americana.
De la mano de la joven y explosiva dupla que componen el quarterback Joe Burrow y su excompañero en LSU, el receptor Ja’Marr Chase, Cincinnati goza con su mejor inicio de temporada desde 2018. Sin embargo, luego de colocarse 4-1 en la semana 5 ese año, los Bengals perdieron 34 de los siguientes 43 juegos hasta este año. No pueden permitirse caer nuevamente por ese tobogán.
La tarea frente a ellos es más que complicada. Baltimore (5-1) ha anotado al menos 31 puntos en tres de sus últimos cinco partidos, y Jackson rebasó el domingo pasado a Dan Marino con la mayor cantidad de triunfos (35) para un quarterback antes de cumplir los 25 años de edad.
Y no es obra de la casualidad. La ofensiva de Baltimore, si bien continúa enfocada en el ataque terrestre, ya ha demostrado que puede ser explosiva y vertical, con al menos 270 yardas aéreas en tres de sus últimos cuatro partidos. A ello hay que sumarle el hecho de que su defensiva ha concedido únicamente 13.7 puntos por encuentro en sus últimos cuatro compromisos.
Los Ravens, además, han ganado sus últimos cinco partidos ante Cincinnati. En realidad, parece un paquete muy grande para un joven Burrow y unos Bengals que buscan el respeto que no les otorga un sorprendente registro de 4-2 para iniciar la campaña. ¿El motivo? Ninguno de sus triunfos ha sido contra un rival con marca ganadora. Eso podría cambiar el próximo domingo en Baltimore.
Y en el otro partido atractivo de la semana, los Chiefs y su gran juego aéreo, se medirán a los Titans y su gran corredor Derrick Henry. Será un duelo de estilos, de la nueva forma de concebir el futbol americano contra la vieja escuela de correr el balón.
Vale decir que todo el peso recaerá en sus ofensivas, pues las defensivas de ambos equipos están lejos de ser departamentos destacados.