La marcha de 20 kilómetros varonil había sido un sinónimo de medallas para México en los Juegos Olímpicos; sin embargo, han pasado 24 años desde la última vez que un mexicano subió al podio: Noé Hernández fue el último de ellos.
En París 2024 había una gran expectación por los participantes José Luis Doctor, Noel Ali Chama y Ricardo Ortiz, quienes se quedaron muy lejos de las medallas.
Por lo tanto, con mayor nostalgia se recuerda la presea de plata que hizo vibrar a México en los lejanos Juegos Olímpicos de Sydney 2000.
La vida de Noe Hernández
El marchista Noé Hernández nació Zinacantepec, Estado de México, el 15 de marzo de 1978 y al transcurso de los años y su carrera profesional se convirtió en una de las grandes figuras del deporte nacional.
Fue en esta disciplina donde brilló y pasó a la historia, siendo un ejemplo de perseverancia. Sorprendió a todo el mundo con su primer logro internacional al colgarse la medalla de oro Juegos Panamericanos de Winnipeg en 1999.
Tras este gran logro, su siguiente misión fue trascender en la justa veraniega y su momento de gloria llegó en Sydney 2000, donde dejó un recuerdo imborrable al ubicarse en el segundo escalón del podio y dedicar su medalla de plata a todo México.
Noé Hernández tuvo un trágico desenlace
Tras la justa olímpica y el retiro, Noe Hernández enfrentó grandes desafíos en su vida y el 30 de diciembre de 2012 estaba en un bar que fue atacado por hombres armados. Por este hecho, recibió un impacto en por el cual perdió un ojo.
Días después de ese hecho, falleció muy joven a la edad de 34 años debido a un ataque cardiaco, el 16 de enero de 2013.
Así, dejó un gran hueco en el deporte, pero un legado imborrable que ahora se mantiene como el último gran referente de la marcha de 20 kilómetros.
