Los Juegos Olímpicos de Invierno, Pyeongchan 2018, fueron clausurados este domingo con sentimientos encontrados, entre quienes tienen esperanzas del deshielo en relaciones entre las dos Coreas y aquellos que consideran que esto no ha sido más que un simple espejismo que ha ocultado por un par de semanas una relación rota.
La ceremonia de clausura fue muy similar a la apertura, con un desfile de deportistas destacados y mientras los representantes de tres naciones con décadas de enemistad entre sí compartían un palco de dignatarios y la latente posibilidad de un diálogo hacía la paz en la región.
En el mismo palco se encontró el prominente funcionario norcoreano Kim Yong Chol, el mandatario surcoreano Moon Jae-in, así como la hija, asesora y primera dama de facto del presidente Donald Trump, quien ha mantenido una guerra de declaraciones belicistas con el líder norcoreano Kim Jong-un.
Al igual que en la apertura de los Juegos Olímpicos, los representantes de Estados Unidos y Corea del Norte no se comunicaron mientras presenciaban el espectáculo. El palco estaba dos filas detrás de los aros olímpicos, que simbolizan la paz y la unidad internacional.
Eso sí, mientras numerosos bailarines participaban en escenificaciones relativas a la cultura y la música surcoreana, la oficina presidencial de Corea del Sur emitió un breve comunicado, en el que señaló Pyongyang había expresado su disposición a sostener conversaciones con Washington.
El Norte tiene “amplias intenciones de sostener conversaciones con Estados Unidos”, de acuerdo con la oficina. La delegación norcoreana coincidió también en que las relaciones “Sur-Norte y Norcorea-Estados Unidos deberían mejorar en general”, indicó la oficina de Moon, conocida como la “Casa Azul”.
Justo antes de declarar clausurados los Juegos, Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, habló de la cooperación intercoreana.
“Los Juegos Olímpicos son un homenaje al pasado y un acto de fe en el futuro”, indicó Bach. “Con su desfile conjunto, ustedes han compartido con todos nosotros su fe en un futuro pacífico. Han mostrado que nuestro deporte une a la gente en nuestro mundo tan frágil. Han mostrado cómo el deporte construye puentes”.
Pase lo que pase, la tregua entre estas tres naciones continuará mientras se desarrollan los Juegos Paralímpicos que concluirán el próximo 18 de marzo; fecha clave para conocer el futuro de la relación entre Estados Unidos y las Coreas.