Puras Barras
Medidas de cárcel, veto de por vida y otras soluciones propuestas han sido insuficientes para bajar los índices de violencia en los estadios del futbol mexicano.
Los hechos suscitados el fin de semana en Torreón, donde aficionados de Tigres se liaron a golpes con aficionados del Santos, dejaron en claro que en la Liga MX aún no se puede presumir de haber controlado ni mucho menos erradicado la violencia.
Rocío Cepeda
Medidas de cárcel, veto de por vida y otras soluciones propuestas han sido insuficientes para bajar los índices de violencia en los estadios del futbol mexicano.
Los hechos suscitados el fin de semana en Torreón, donde aficionados de Tigres se liaron a golpes con aficionados del Santos, dejaron en claro que en la Liga MX aún no se puede presumir de haber controlado ni mucho menos erradicado la violencia.
En 2012, durante el anuncio de la nueva Liga MX, el presidente Decio de María anunció la iniciativa de “estadios seguros”, la cual todavía no funciona en su totalidad, pues desde esa fecha a la actualidad la brutalidad no cesa.
Hasta el momento, no hay un solo aficionado o fanático en el futbol mexicano al que se le haya detenido por actos vandálicos o de violencia en los estadios, que haya sido condenado a prisión.
Todos aquellos a los que se les ha detenido por riñas dentro o fuera de los inmuebles, han sido liberados luego de pagar multas o negociado con las partes afectadas.
Una ley que no aparece
En marzo del 2014, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen que reformaba disposiciones a la Ley General de Cultura Física y Deporte, esto con el fin de implementar sanciones a quienes realizaran actos violentos en eventos deportivos.
Dicho dictamen establecía que considerando la gravedad de la conducta o reincidencia se impondría a los aficionados expulsión inmediata de las instalaciones deportivas; amonestación privada o pública; multa de 10 a 90 veces el salario mínimo; reparación integral del daño causado y suspensión de uno a cinco años del acceso a espectáculo deportivos.
También se estipulaba que al espectador o cualquier otra persona que sin ser juez, jugador o parte del cuerpo técnico de los equipos contendientes, lanzara objetos contundentes que pusieran en riesgo la salud o integridad de las personas, se le impondrían de 6 meses a 2 años de prisión y de 5 a 30 días multas.
Uno de los casos en los que parecía que finalmente el agresor tocaría la cárcel fue en 2014, en Monterrey.
Luego de un Clásico, tres seguidores de Rayados golpearon a un aficionado Tigre.
Tras haber permanecido 25 días arraigado, uno de estos fanáticos del Monterrey fue liberado junto con los otros dos cómplices.
La causa de su liberación fue que los jóvenes quienes eran integrantes de la barra La Adicción, llegaron a un acuerdo económico con la parte agredida para que retirara los cargos.
En enero de este año, luego de la riña entre aficionados del San Luis y Necaxa afuera del Alfonso Lastras, se detuvieron a 10 jóvenes, de quienes se dijo podrían ir a la cárcel.
Al final, los involucrados en la pelea registrada salieron libres bajo fianza. El abogado de uno de ellos aseguró que a los aficionados detenidos no se les acreditó el delito de asociación delictuosa y tampoco el de violencia en eventos deportivos.
Cegados por el fanatismo
“Lo vale, es por Tigres”. Así respondió Javier Zapata, el aficionado felino que fue captado mientras repartía golpes hasta contra un hincha auriazul, desde las celdas de la policía en Torreón. Sus palabras, en entrevista con Multimedios, fueron claras, no era la primera vez que era detenido por pelearse en un estadio de futbol.
El saldo de aquella riña fue de 22 detenidos, autos dañados y el pánico en un espectáculo de índole familiar.
Santos se defiende para evitar el veto
Tan pronto como se dio a conocer que la Federación Mexicana de Futbol abrió un procedimiento de investigación, el Club Santos buscó presentar los recursos para evitar el veto a su estadio.
Este lunes la FMF informó que la Comisión Disciplinaria será la que analice y determine las responsabilidades la riña campal en el Corona de Torreón, pero la directiva santista no se quedó de brazos cruzados para culpar a los hinchas de Tigres.
Alberto Canedo, vicepresidente de Santos Laguna, llevó videos a la Federación para demostrar que los aficionados felinos fueron los culpables e iniciadores de la riña al final del partido.
Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, lamentó los hechos que dejaron lesionados, detenidos y daños materiales.
“Fue un triste espectáculo por parte de este grupo de desadaptados en un estadio que se caracteriza por ser familiar, un estadio que no tiene rejas, donde se puede ver el futbol y convivir y que estos desadaptados echaron a perder”, dijo el directivo que comanda la Primera División.