"Hay que levantarse, definir la Liga e intentar remontar, y si no podemos, pensar en la temporada que viene"
Poner al Bayern Munich como favorito para levantar el título de la Liga de Campeones de Europa no es algo ilógico, y ayer demostraron que tienen calidad y argumentos para que se les brinde reconocimiento.
Con un futbol que supo anular a su rival y dejó en claro su evolución, el conjunto alemán humilló 4-0 en la ida de las semifinales a un Barcelona que otra vez tendrá que remontar para librar esta fase.
El resultado pudo ser aun más escandaloso, ya que el silbante húngaro Víctor Kassai no sancionó dos manos de los catalanes dentro del área.
Lionel Messi, quien sí vió acción desde el inicio, simplemente no apareció en la cancha tras el orden mostrado por los bávaros.
Thomas Müller remató de cabeza un pase de Dante, quien le había ganado el salto a Dani Alvés, y de esta forma abrió el marcador al 25’ en el Allian Arena de Munich.
Fue al 49’ cuando Mario Gómez puso el 2-0 que hizo más pesada la loza de los españoles en patio ajeno.
Al 73’, Arjen Robben puso el 3-0 cuando avanzó por el costado izquerdo, limpió la zona y sobre la salida de Valdés empujó la pelota, mientras los jugadores del Barcelona reclamaban una falta sobre Piqué.
A ocho minutos del final, Müller aprovechó un pase de Alabaka y puso el 4-0 que esta vez parece definitivo.
Ahora el Barça está obligado a ganar por cuatro goles, siempre y cuando los alemanes no marquen. En ese caso, los de “Tito” Vilanova tendrían que ganar por cinco de diferencia, ya que el empate global favorece a los germanos.
