Se superaron los dos bronces del Mundial anterior, pero la propia delegación mexicana que participó en la disciplina de saltos, reconoció que el resultado en el Mundial de Natación de Barcelona no fue el esperado.
Las tres medallas llegaron en algunas de las pruebas más inesperadas, con los bronces de Kevin Chávez en salto de trampolín de un metro; Yahel Castillo en trampolín de tres metros y Yahir Ocampo, y Rommel Pacheco en salto sincronizado desde trampolín de tres metros.
Esos tres metales permitieron a México superar su récord de medallas en una edición de un Mundial, que era los dos podios de Fukuoka 2001 (dos platas) y Shanghai 2011 (dos bronces), pero no se pudo sumar ningún oro, como el que logró Paola Espinosa en Roma 2009.
Si bien es justo aplaudir el logro de las tres preseas obtenidas, se esperaba más en pruebas como plataforma de 10 metros, donde Germán Sánchez e Iván García habían logrado la plata en la prueba sincronizada de Londres 2012.
La dupla mexicana terminó en el cuarto lugar.
En la prueba femenina sincronizada de plataforma de 10 metros, donde Paola Espinosa y Alejandra Orozco habían sido plata en los Olímpicos del año pasado, en Barcelona 2013 sólo pudieron terminar sextas.
En trampolín de tres metros, Laura Sánchez, bronce en Londres, fue octava, mientras que Paola Espinosa terminó décima.
En la prueba sincronizada de trampolín de 3 metros, Laura Sánchez y Arantxa Chávez terminaron también en la cuarta posición.
Iván Bautista, entrenador de Germán Sánchez, Iván García y Kevin Chávez, piensa que México no debe estar contento con los resultados en Barcelona 2013.
“México tuvo tres cuartos lugares, por un punto o dos puntos en algunas ocasiones no se llevó medalla”, comentó el entrenador de los clavadistas aztecas.