Miles de fanáticos acudieron este domingo al Great American Ball Park, a pesar de la constante lluvia, para rendir homenaje a Pete Rose, el líder histórico de imparables en las Grandes Ligas, que falleció el 30 de septiembre a los 83 años.
El velorio de 14 horas, en honor al número de camiseta de Rose, fue organizado por los Reds de Cincinnati con la colaboración de las hijas de Rose, Fawn y Kara, quienes intercambiaron abrazos, historias, e incluso algunas lágrimas con los aficionados.
“Queríamos hacer algo como esto”, dijo Rick Walls, director ejecutivo del Salón de la Fama de los Rojos. “Lo puedes notar con cómo se volcaron, significa mucho para las personas aquí. Es una experiencia conmovedora”.
This is the line at Great American Ball Park, for fans to pay respects to Pete Rose.
Keep in mind – this visitation is 14 hours long. This has been steady. pic.twitter.com/mRVDTBUERI
— Caleb Noe (@CalebNoeTV) November 10, 2024
Aficionados dejaron flores y otros recuerdos en la estatua de Rose ubicada justo afuera de la entrada principal del estadio.
“Fue un hombre que pensabas que viviría para siempre”, dijo Rob Augspurger, fanático de los Rojos desde hace mucho tiempo. “Cuando escuché la noticia, obviamente estuve triste. El béisbol perdió a su principal embajador”.
Los Reds tienen planificado honrar a Rose en el “Día de Pete Rose”, cuando se enfrenten a los Medias Blancas de Chicago, el 14 de mayo con el primer lanzamiento programado a las 7:14 de la noche, también en honor a su número 14.
¿Quién fue Pete Rose, beisbolista de Grandes Ligas?
Rose, conocido como “Charlie Hustle” por su estilo desenfrenado al jugar, fue la bujía de la “Gran Máquina Roja”, los equipos de Cincinnati que ganaron Series Mundiales consecutivas en 1975 y 1976.
Seleccionado al Juego de Estrellas en 17 ocasiones, Rose posee el récord de más juegos participados (3.562) y apariciones en el plato (15.890). Pero ningún hito se aproximó a sus 4.256 hits, superando a los 4.191 de su ídolo Ty Cobb.
Rose fue desterrado por las Grandes Ligas en 1989 por apostar en el juego que amaba y que una vez encarnó, socavando sus logros y oportunidades para llegar al Salón de la Fama.