Para asistir a las competencias de patinaje de velocidad de pista corta, es decir dentro de una cancha de hockey, se debería exigir a la entrada un certificado del cardiólogo en turno que avale el buen ritmo del corazón.
No estaría mal que además hubiera en los vestidores un “cura multireligión”, que permita a los participantes rudos aliviar las conciencias mediante confesiones secretas.
Rudas y técnicas...
Alfredo Domínguez Muro