No fue solo ascender a la Primera División, fue una apuesta feroz al protagonismo que un bicampeonato costó 84 partidos para llegar.
Los Panzas Verdes del León escribieron la historia con letras de oro al coronarse por vez consecutiva como rey supremo de la Liga MX, pasándole por encima al Pachuca de la familia.
Con el silbatazo final de Francisco Chacón, una serie de recuerdos se esparcieron entre la felicidad de quienes nunca fueron favoritos al título sino hasta que se proclamaron como tal.
Rocío Cepeda