Cada entrenamiento implica el mismo esfuerzo. Cambiar la ropa casual por el uniforme, dejar las prótesis para tomar las muletas, entrar a la cancha con la fuerza necesaria para su desplazamiento y después jugar con el mismo empeño de quienes sí poseen sus extremidades.
Es el futbol para amputados, una inusual disciplina deportiva que dentro de algunas semanas en México se lanzará a la profesionalización.
Rocío Cepeda