La historia de Dimitri Payet con Francia no es la única en donde triunfa un futbolista pese a la adversidad de su infancia.
Ahora surge el caso de Bakary Jatta, un joven refugiado de Gambia que salió del país africano hace un año, atravesó el Mediterráneo y ahora tiene un contrato por tres años con el Hamburgo de Alemania para cumplir su sueño de ser un futbolista profesional.
“Estoy muy contento, para mí es magnífico y un gran desafío jugar para un gran club como el Hamburgo”, señaló el joven, quien el 6 de junio cumplió 18 años y ya pudo firmar.