Junior Seau no solo se unió a la lista de ex jugadores de la NFL que se quitan la vida, sino a la de aquellos que ya presentaban un daño cerebral por los golpes sufridos a lo largo de su carrera en el futbol americano.
Luego de haberse examinado el cerebro del exjugador de los Patriotas de Nueva Inglaterra, el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), reveló que Seau tenía una enfermedad degenerativa cuando se suicidó en mayo pasado.
Los resultados de los estudio del cerebro del exfutbolista, los cuales fueron solicitados por la propia familia, mostraron anomalías relacionadas con la encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).
El instituto, con sede en Maryland, realizó exámenes a tres cerebros no identificados, uno de ellos era el del legendario linebacker.
Se indicó que los hallazgos del cerebro de Seau fueron similares a las autopsias de personas “que sufren numerosas lesiones a la cabeza”.
Los cinco neuropatólogos encontraron que el exámen microscópico del cerebro del exfutbolista reveló multifocal tauopatía, consistente con un diagnóstico del CTE.
Seau fue uno de los mejores linebackers de la NFL en 20 temporadas con San Diego, Miami y Nueva Inglaterra, antes de retirarse en 2009. Falleció el año pasado al pegarse un tiro con una escopeta.
Un centro de la Universidad de Boston que estudia este padecimiento, reportó el mes pasado que 34 exjugadores de la NFL y nueve que sólo jugaron futbol americano a nivel universitario, sufrían de CTE.
“Tras aprender un poco sobre CTE, no me sorprendió que la tuviera”, dijo Tyler, el hijo de 23 años de Seau. “Jugó muchos años a ese nivel. Sólo estaba molesto porque no hice más y no sabía más para ayudarlo, y ahora es muy tarde”.
“Creo que ninguno de nosotros sabíamos los efectos secundarios de los golpes en la cabeza hasta que murió. No sabíamos que su comportamiento se debía a los golpes en la cabeza”.
Ese comportamiento, según Tyler y la exesposa de Seau, Gina, incluían altibajos en su ánimo, olvidos, insomnio y actos irracionales.
“Sufría de depresión y cosas así. Empezó a empeorar”, relató Tyler Seau.
Los familiares señalaron que Seau ocultaba sus síntomas en público.
La NFL encara demandas de miles de exjugadores que dicen que la liga ocultó información sobre los peligrosos efectos secundarios de las conmociones cerebrales.
Recientemente se anunció que la NFL trabaja en un casco con mayor protección, lo que impediría que los golpes en la cabeza fueran tan agresivos.