Osos de Chicago, ofensiva en hibernación

El ataque de los Osos de Chicago parece ser uno de los más débiles de la liga; las fallas de Mitch Trubisky obligaron al equipo a contratar a Nick Foles para hacerle competencia

El movimiento de los Osos de Chicago de contratar a Nick Foles luce arriesgado por partida doble, la primera es que deberán pagarle más de 57 millones de dólares que quedaron pendientes de su contrato con Jacksonville, y la segunda es tenerlo como “plan b” si su quarterback titular no funciona.

En 2018 los Osos de Chicago fueron la sorpresa, en parte por las actuaciones de Mitch Trubiski en la que fue su segunda temporada en la NFL, y para el siguiente torneo, fueron puestos hasta como favoritos al título, pero todo se derrumbó porque su mariscal perdió la magia.

Incapaz de hacer jugadas grandes, “Mr. Biscuit” se metió en la lista de los quarterbacks de media tabla, por lo que este año, que es el último en su contrato de novato, tendrá que despuntar porque el equipo decidió invertirle mucho dinero para tener a Nick Foles, cuyo “único mérito” en la NFL es haber ganado de rebote un Super Bowl con Filadelfia.

Además, los Osos de Chicago no cuentan con receptores ni corredores que hagan pensar en que podrán mejorar, pues en 2019 fueron la cuarta peor ofensiva.

La mejor arma del equipo es la defensa, encabezada por Khalil Mack, uno de los que más presionan a los quarterbacks rivales, y en general toda la zona para contener a las ofensivas contrarias está bien cubierta, pero el equipo necesita hacer puntos para meterse a la pelea.

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