Tomó si acaso una semana para que Novak Djokovic pasara de alarmarse sobre si era capaz de disputar a menos un partido con su adolorida pierna izquierda, a pensar de que está en condiciones de conquistar el Abierto de Australia. Fue lo que hizo este lunes al completar un partido sin molestias físicas y casi que perfecto en los Octavos de Final.
“Esta noche, cómo he jugado, cómo me he sentido, me da motivos para creer que puedo llegar alcanzar el último objetivo aquí, dijo Djokovic tras arrasar 6-2, 6-1 y 6-2 al australiano Alex de Miñaur para instalarse por treceava vez en los Cuartos de Final en el Melbourne Park y por 54 ocasión en todos los torneos de Grand Slam.
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— #AusOpen (@AustralianOpen) January 23, 2023
“Siempre tengo el convencimiento de que puedo alcanzar el último objetivo por mi tenis”, añadió Djokovic, cuyos 21 campeonatos en las grandes citas incluyen nueve en Australia. “Pero cómo me había sentido en la pierna antes de esta noche no estaba muy esperanzado con mis opciones para todo el torneo. Este noche sí me sentido positivo de que podré lograrlo”.
Además de tomar “muchos” analgésicos para el tendón de la corva, Djokovic dijo que apeló a “varios tratamientos, máquinas y otras cosas” para mejorar en la pierna. Advirtió que “no quiero celebrar prematuramente porque no sé cómo el físico va a responder mañana o en el próximo partido”.
Su rival de turno será el ruso Andrey Rublev. El quinto cabeza de serie se presentará al duelo del miércoles con una foja de 0-6 en la ronda de Cuartos de Final en los Slams.
Hace un año, Djokovic fue deportado del país previo al inicio del Abierto de Australia por no haberse vacunado con el COVID-19. Aún no se ha inoculado, pero los protocolos sanitarios del gobierno fueron relajados.