Akuoma Omeonga se crió en Minnesota, con la comida, lengua y cultura nigeriana. La semana próxima, la joven de 25 años representará al país de sus padres en los Juegos Olímpicos de Invierno, en PyeongChang 2018.
Ella es parte de las “Súper Águilas”, las tres mujeres que harán historia al hacer que Nigeria participe por primera vez en unos juegos olímpicos invernales.
Al abordar el bobsled, lucirá unas trenzas teñidas de verde. Se agitaran por debajo de su casco, omo si se tratara de la bandera de su país.
“Una de las mejores cosas que hicieron mis padres fue hablar la lengua en casa”, recordó Omeonga el martes, en una entrevista con The Associated Press. “Es algo superconocido para mí, pese a que no lo hablo con fluidez”.
Omeonga protagonizará el debut absoluto de Nigeria en los Juegos Olímpicos de Invierno, junto con la otra encargada del freno, Ngozi Owumere, y la piloto Seung Adigun. Todas tienen la nacionalidad estadounidense
Nigeria es uno de los ocho países africanos con representación en Pyeongchang. Nunca antes tantos países africanos habían acudido a unos Juegos Olímpicos de Invierno.
Adigun considera que sus raíces son tan importantes como su lugar de nacimiento. Ello la impulsó a crear el primer equipo de bobsled en la historia de Nigeria.
Ser una inmigrante nigeriana de primera generación representa tener el patriotismo “casi grabado en ti por los padres que no quieren que olvides de dónde vienes”, explicó Adigun, quien compitió también por Nigeria en atletismo durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
“Aunque somos estadounidenses, somos también nigerianas”, indicó. “En realidad, somos nigerianas primero. Es la cultura con la que nos criaron, la que nos enseñaron a respetar y a entender. Mostrar a la gente que se puede tener dos nacionalidades y que está bien representar tu lugar de origen envía un mensaje poderoso que ojalá podamos transmitir”.
Owemere dijo que la preservación de su cultura africana reviste una importancia particular por crecer en Estados Unidos. Afirma que la aventura olímpica no ha hecho sino realzar esa herencia, por la posibilidad de inscribir el nombre de Nigeria en los Juegos.
“Cuando nuestros padres no estén ya, ¿quién quedará?”, preguntó. “El peso recae en nosotras. Somos la nueva generación de nigerianos”.